¿Más dinero, más tiempo, más libertad, más salud, más cultura...? ¿A qué esperas?

Vive zen (II)
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Hace unos días publiqué Vive zen (I) el primer capítulo de una guía para conseguir una vida más feliz, rica y divertida: vivir con menos para tener más y alcanzar riqueza personal y económica de forma sencilla y asumible para todo el mundo.
Hoy, con el segundo episodio, hablaré de fijar los objetivos y de la importancia de decir que no. De hecho, “no” es la palabra que cuanto más la usamos, más libres somos. ¿Cuesta creerlo? ¡Vamos a ello!

Nuestro objetivo

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Como buenos estrategas, en primer lugar vamos a fijar nuestro objetivo. Todo lo que aprenderemos al poner en práctica los consejos de este libro, Vive zen, nos va a llevar a lo siguiente:
Más riqueza

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Más tiempo propio

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Más libertad

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Más salud

Más cultura

Más felicidad

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¿Crees que el plan es demasiado ambicioso? ¡Ya verás que no! Y me atrevo a añadir que también seremos más guapos. Sí, porque la felicidad da ese je ne sais quoi que todos admirarán. Incluso es posible que te digan o piensen con envidia mal reprimida: ¡Pero qué cambiad@! ¡Qué guap@! Y no sabrán a qué atribuir su percepción. En realidad, al sentirte más libre, andas como flotando.
¡Atentos a los siguientes capítulos de la serie! Todos son importantes y es imprescindible asimilarlos despacio, aplicarlos uno a uno, ya que todos tienen su función en el puzle.

La magia de la palabra NO

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No os podéis imaginar lo liberador que es decir que NO. Y lo pongo así, en mayúsculas, ¡NO!, para demostrar su importancia. A ese pariente que hace años que no sabes de él y ahora aparece la mar de simpático, llenándote de alabanzas, pero ¡zasca!, no pasan ni cinco minutos y ya te está pidiendo un favor. Y te conoce. Sabe que eres la buena persona que ayuda a todos ―menos a ti mismo― y no duda que le dirás que sí.
¡Es tu ocasión de estrenarte! Dile: NO. Lo siento, pero no. No tengo tiempo. Ni siquiera es necesario dar excusas. Eso sí, con una sonrisa amable en la boca. Como mucho, estarás otros tantos años a no saber nada de esa persona. Ni falta que te hace. No se trata de ser egoísta, solo consiste en no hacer lo que no te apetece ni conviene solo porque te cuesta decir que no.
Lo digo en serio. Si te cuesta, ensaya en casa. Di que no, tantas veces como haga falta, como yo hice con los objetos que inundaban mi armario.

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¿Cuántas veces te ha ocurrido que has dicho que sí deseando decir que no? Por el que dirán, para que fulanito no se enfade, para no sentirte excluido de un grupo, para… Te aseguro que todo es empezar. Enlaza un no tras otro y alcanzarás la plena libertad. Además, conseguirás ―por muy raro que ahora te parezca― que te valoren, que te tengan por alguien importante. Es la magia del NO.
En los siguientes capítulos encontrarás muchos ejemplos de momentos en los que un «no» te puede llevar al éxito.

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¡Atención!
Si te ha gustado y quieres que siga publicando capítulos de este “libro” virtual e interactivo, por favor, no dudes en hacérmelo saber. También agradezco que comentes si te has sentido liberado al decir que “no” a algo que en realidad no querías hacer.
¡Hasta pronto!

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