Dicen que hay que saber la historia para no repetirla. Hoy he visitado el cementerio judío de Praga y podría decir que esa frase cobra todo el significado en ese lugar.
Montones y montones de lápidas mal puestas es lo que el visitante puede ver en un espacio bastante reducido. Pero lo que realmente impresiona es saber lo que realmente hay debajo de nuestros pies cuando caminamos por allí.
Se calcula que casi 200.000 personas judías pueden estar allí enterradas. Una cantidad tremenda para el espacio real que hay allí.
El otro día en el tour guiado que hicimos por la ciudad de Praga nos explicaron que al no disponerse de espacio suficiente para todas las enterraciones, lo que se hacía era poner los cadaveres uno encima de otro, con una ligera capa de tierra entre cuerpo y cuerpo.
¡Hasta 8 cuerpos podían estar apilados! Un total de 4 metros por debajo del suelo. Increíble, inhumano, despreciable, doloroso...se me amontonan los adjetivos para describirlo.
Inevitable pensar en que eso no hace mucho tiempo que pasó y también inevitable querer hacer paralelismos como el mundo actual. A veces creo que estamos muy cerca de cometer algunos errores como estos de nuevo.
¿Quien diríais que es el Hitler de nuestra época? Yo lo tengo claro
