Yo, solo salgo a admirar.
Nadie se detiene a ver la tormenta de detalles que la lluvia nos regala.
Mientras veo las pequeñas gotas caer, me percato que algunas quedan sujetas a unos alambres y seguido me fijo que todas las cuerdas de alambre estan llenas de gotitas, algunas se sujetan por un momento y luego caen, otras se sujetan por más tiempo como con miedo a caer. Noto que cuando llueve hay colores que reviven, ellos se vuelven más fuertes, agresivos.
Por ejemplo, el color de las hojas de los árboles o de esos ladrillos que juntos forman una casa para los humildes. Son colores que se alzan entre la multitud de sus iguales que también estan en escena, colores que se alimentan con las frías gotas de la bendita lluvia.
Ahora que la lluvia ha bajado su intensidad, ahora que los pajaritos salen a ducharse con las últimas gotas de lluvia haciendo movimientos raros como si quisieran sacarse hasta el mínimo rastro de suciedad, mientras las personas siguen huyendo viene algo a mi mente, un detalle de tantos que se pudieron ir
"a la fuga".
La lluvia se oye más fuerte, arrasadora y amenazadora en los techos pobres y en los techos ricos apenas se escucha.
