Amanecerá y veremos... (01-06-19)

Desperté y sentí la lejanía, el desapego.
Ellos son demasiado tontos o yo muy suspicaz.
Les quiero pero también comienzo a sentir desinterés por reforzar nuestro lazo.
Se han vuelto muy ñiquiñaques y desconozco el motivo por el cual hora son así.

Cuando comienza el día todo es aún más incierto, no se sabe cómo será el día de hoy pero quizás sí sepa cómo será el día de mañana gracias a que ya sabre como transcurrió este. No tiene el menor sentido que me siga esforzando por mantener un lazo que está casi roto. El intento me hace sentir aún más absurda, creo que todo esto es difícil por el hecho de que hay amor de por medio.

No obstante, tengo una idea difusa de las cosas, todo puede pasar, en cualquier momento y lugar. Solo puedo expresarme mediante líneas mudas, para ellos.

"Amanecerá y veremos", los ancianos dicen esto pero no porque las mañanas traen claridad, sino porque a esa hora las aguas bajan, porque ya habían pasado por un día tedioso y a pesar de saber como probablemente sea el día siguiente, guardan esperanzas de que no sea igual. Al menos eso fue lo que aprendí.

Amanecerá, y seguramente nos sentiremos diferentes, veremos las cosas con algo más de sosiego. Descansar posteriormente nos hará más sabios mediante las situaciones de prueba o dificultad.

Y veremos... La salida mejor planeada, la tranquilidad, el agua dentro del caudal, la reacción más calmada de nuestra contraparte, la sensatez ahora tendrá la oportunidad para competir por el reinado de una conversación.

Cuando uno de los amenazadores resulta envuelto en la trampa de su propio protegido pierde el derecho a reclamar porque tenía conocimiento de todo lo que hacía y aún así, lo hizo. Tenía claro que en algún momento lo que enseño sería devuelto en cantidades más exuberantes, soportar casi con orgullo lo que está pasando por mucho que le duela y le perjudique es más o menos su deber.

El sistema estólido que siguen es el motor de su ignorancia, los mantiene resguardados de la verdad que al parecer es muy fuerte para ellos, por ende, no desean escucharla.

Los convierte en personajes flébiles, en mis personas flébiles, como yo.

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