LA HISTORIA QUE VIENE DEL SEÑOR DE LA LUNA

Mi día fue un asco, lleno de Aburrimiento, fatiga y cansancio, incluso para mi una niña de 11 años.

   Vivo con el temor que llegue la noche, porque le tengo pavor, le he contado a mi mamá sobre las voces que escucho, ella me dice que me calme, y que vuelva a dormir.  

-Las voces nunca cesan. -

Cuando me asomo por mi ventana hablando con la luna veo un rostro, que me mira que me observa, a veces es muy incomodo y tengo que tapar la ventana, le he contado a mi madre y me dice que solo son las estrellas iluminando la noche. 

Las paredes de mi habitación se ven bañadas en sangre, veo salir manos del suelo, trató de evitar mirar a él, le he contado a mi madre y me dice que son disparates. 

Siento como me respiran en la nuca, como susurran mi nombre, como gritan esas voces en agonía, se lo he contado a mi madre y ella me dice, que me arrope bien que quizás sea el frío, y lo vieja que esta la casa.

 Ningún ser se había mostrado frente a mí, hasta esta noche que “eso” se acercó a mí gritando mi nombre. 

Me dice que vino de la luna que has escuchado mis plegarias cuando llega la noche y hablo sola de lo patético que es mi día, y del pavor que me causa la noche, él estaba lleno de deformidades su piel era rojizo, sus manos parecían a las que salían del suelo, se lo he contado y él me dice que las manos que veía eran suyas intentando salvarme.  La sangre de las paredes me hace recordar a su cuerpo se lo he contado a él, y me dice que la sangre de las paredes no eran sangre, si no su cuerpo intentando llegar aquí. 

El se escuchaba igual que las voces que oía en mi cabeza, me dice que es era el comunicándose conmigo para que no me sintiera sola. Me ha contado que le cuesta tener una amiga, pero sentía que yo era uno cuando desde mi ventana veía la luna.

Aunque por su cuerpo todo extraño no miraba sus ojos, me he dado cuenta que son los mismo que veía cuando miraba al cielo, y mi madre me decía que eran estrellas, se lo he contado a él, y se ha reído me dice que era el en medio de la noche cuidándome. 

 Al llegar la madrugada se ha esfumado yo he quedado sola, e intente dormir un poco, esta vez no se lo he contado a mi madre, no quiero que me diga que son paranoias… 

En mi camino a la escuela he vuelto a escuchar voces de agonía, y plegarias pidiéndome que me alejara, pero en todas esa he escuchado al señor que viene de la luna y he sentido calma. 

15:30 Pm

 Las voces no paran, me estoy sintiendo un poco incómoda cada vez es peor, deseo que caiga la noche para hablar con el señor que viene de la luna.

  18:00 Pm

 Cae la noche y yo me dirigía a mi cuarto, esta vez ya no sentía miedo ni de las voces, ni de la mirada, ni de la sangre tampoco de las manos ya veía todo esto como algo normal.  Lo que si me molestaba eran las voces nunca paraba de escucharla… 

  1:00 Am

 Yo ya estaba dormida, bueno eso creía… Cuando de repente escucho que me tocan la ventana, estaba atemorizada, pensaba que era el señor de la luna, cuando me levante de la cama en mi intención de abrir la ventana algo me agarro, eran las manos del señor de la luna estaba enfadado, le pregunte que pasaba y me dijo que estaba enfadado porque cerré la ventana. Le explique que quizás pudo ser mi madre y no me creyó… Le pregunté qué podía hacer para recompensarlo y no me contesto… Luego de varios minutos de silencio me pregunto

 ¿Quieres ser mi amiga? 

¡Yo le respondí, Claro que sí!

Me dijo que había una prueba, que tenía que pasar si quería ser su amiga e ir con él. Le dije que me la dijera… Él me respondió que era la última y única prueba. Cuando me dijo esto las voces en mi cabeza se agudizaron, daban largo chirridos, de desespero, como intentando decirme algo, pero yo no podía escuchar, intentaba esquivarla y escuchar al señor de la luna.

Me dijo que en la última prueba tenía que irme de este mundo, como símbolo de que quería ser su amiga, y estar con el en otro lugar, se acercó a mí, mis piernas temblaban, tomo mi brazo y con sus manos dibujó en mi muñeca un ciervo, me dijo que a la misma hora el día de mañana tenía que correr sangre por él.  Esa era mi última prueba para estar con él… Desapareció y yo dormí, desperté en la mañana con las voces atormentandome como de costumbre era un sábado y yo estaba despierta a las 7:00 de la mañana Estuve pensando en cómo hacer algo significativo para los sucesos que ocurrirían esta noche, yo sin duda quería irme con el señor de la luna, las voces no paraban me decían que escapara, bueno, eso era lo que yo entendía cuando intentaba prestarle atención. Me dirigí a la cocina y escuche hablar a mi tía con mi madre, de que yo estaba sufriendo de una enfermedad, producto tal que me hacía escuchar las voces yo no le preste atención y volví a mi habitación…  Estuve todo el día ahí, pensando, bueno intentando pensar, baje a cenar y me dirigí otra vez a mi cuarto, lo sentí como mi ultima cena en este lugar tan patético, he estado escribiendo todo lo ocurrido para que quede plasmado, no se muy bien quién lo leerá, pero será interesante ver sus caras, mientras estoy con el señor de la luna.

 21:00 pm

 he decido dormir. 

2:00 Am.

 ya casi se acerca la hora, me daré una ducha, encenderé mi teléfono para escuchar algo de música relajante, me dirigí a la cocina por algunas velas y un incienso, también busqué en la gaveta por uno de los cuchillos. Llene la tina de agua, encendí las velas y el incienso, me despoje de mi ropa, ya se acerca la hora estuve ahí dándome esa larga ducha, ya cuando el reloj marcaba la 3:00am, fui cortando poco a poco mis piernas la tina ya se veía roja,  continúe por mis muñecas, las voces me gritaban que no lo hiciera, pero ya era tarde, yo solo escuchaba a esa que me decía que lo hiciera, que tenia que estar con mi único amigo, el señor de la luna lo hice corté mi muñecas la marca del ciervo cambio de color, y resplandecía, yo ya no entendía lo que pasaba. Pero por el corría sangre como lo quería el señor de la luna Escuche a lo lejos al señor de la luna rozando la ventana, para mi era como entrar a otro mundo pues ya me sentía más libre, el señor de la luna me miro al final de la tina toda ensangrentada, me dijo que ya era hora de dirigirme con él que estaba feliz. 

 Son las 3:30am de la mañana

 mi madre por el olor del incienso a decido venir, le dije al señor de la luna que quería quedarme a ver su cara de felicidad, ella tocó la puerta, pero al no escucharme a decido entrar, me empieza a buscar, yo estaba al frente de ella con el señor de la luna pero ella no me notaba, en lo que entra en el baño de mi habitación, veo su cara toda horrorizada, temblaba, gritaba desesperada, levanto mi cuerpo de la tina pero ya  era tarde ahí estaba yo toda ensangrentada, ella solo lloraba desesperada, gritaba de angustia y de dolor sin saber qué hacer. Ella daba fuertemente chirrido desesperada preguntando por qué no le conté lo que me pasaba. Le susurre al oído que ya no se preocupara, que estaba con el señor de la luna, y que, gracias a él, ya no escuchaba las voces que me torturaban.


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