El remedio para la enfermedad venezolana (Ensayo) Primera parte

Fuimos invadidos por los españoles, casi extinguida nuestras etnias originarias que prefirieron morir a ser esclavizados y con el tiempo esa nueva civilización implantada y por razones obvias de distancia tuvo una descendencia que fue alcanzando diferentes grados de mestizaje, hecho que tuvo su máximo potenciador cuando fueron traídos los negros de África para hacer las tareas que los indios se negaron a hacer. El tiempo que es verdugo de nuestras acciones se encargó de hacer el resto.
La mayor parte de esos predecesores nunca tuvieron un contacto físico con la tierra que les nombraban como madre y terminaron, como es lógico, aceptando que eran hijos de esta tierra y que por lo tanto la misma era su verdadera progenitora.
Se transformaron entonces ellos en los nuevos rebeldes, en los que siguiendo el ejemplo de Guaicaipuro y los caciques que murieron por su tierra, reclamaban para ellos la misma.


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Como la historia es cíclica y se repite, corroborando el mito del eterno retorno, los hijos de los conquistadores, los hijos de los esclavos negros e indios y hasta los propios españoles y extranjeros que habían adoptado como suya nuestra tierra se negaron a ser o seguir siendo esclavos y liderados por Bolívar rompieron el yugo que se inició con la llegada de los españoles al continente.
Pero el ser humano es un compendio de ingratitud y de controversias que al final son una espada de Damocles que continuamente termina degollándolo y el amor es un sentimiento demasiado noble para ir de la mano de los demonios que infectan las acciones y pensamientos.
De forma tal que los predecesores de aquellos que se negaron a ser esclavos se han olvidado que la misma no es posible cuando es el amor el que reina sobre todo y haciendo un ejercicio de amnesia conveniente terminan sucumbiendo ante situaciones y personajes que emulan a esos que cambiaban a los indios espejitos por oro, y botan a la basura el futuro, cambiándolo por lo efímero.


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A casi dos siglos de habernos negado a ser esclavizados, como un baile de quinceañera eterna que cada cierto tiempo se repite, volvemos al punto de partida en diferentes condiciones, con diferentes personajes pero con un mismo destino.
Es como si el remedio de la enfermedad va desapareciendo con los años y ésta como Ave Fenix resurge para sumirnos en repetidas situaciones que solo podrán ser vencidas con el amor.
Pero tal como está escrito el amor se está muriendo y cuando la tecnología desafía a Dios y lo reta a demostrar que existe y no es una invención, la cura para la enfermedad se diluye y transforma en una utopía que crece y va autodestruyendo a quien se ha infectado, transmitiéndole el mal a sus próximas generaciones.
Es casi imposible determinar si esa enfermedad sobrevivió en el venezolano desde tiempos remotos y como una amiba esperó el momento indicado para resurgir, lo cierto es que cuando apenas una década del siglo 21 ha pasado la pandemia se ha extendido y como zombies de película de terror vive a diario en las calles y casas de nuestra tierra....

Continuará en el proximo post


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