A nivel mundial se ha establecido que los “ojos son la mirada del alma” lo cual es totalmente falso. Los ojos son simplemente un órgano visual sobre el cual llegan los haces de luz y son refractadas/reflejados generando espectros visibles de colores que activan ciertos elementos transformándolos en impulsos electroquímicos que viajan a través de las neuronas llegando al cerebro y este a su vez regresa la información a nuestra cornea indicando lo que estamos visualizando. El ojo es uno de los órganos más complejos que funciona así no esté llegando sobre el algún haz de luz intenso.
El ojo es simplemente eso, pero “La Mirada” generada a través del ojo si puede considerarse una puerta importante para llegar a ver el reflejo del alma en cualquier persona.
Cada ser humano tiene una mirada diferente independientemente de su fisionomía o de sus cualidades, esta mirada se va adaptando y perfeccionando a través del crecimiento físico y personal. No todas las personas tienen esta puerta abierta a través de su mirada que permite ver el alma de los demás, generalmente con los años y las experiencia vividas tendemos a colocar barreras sin percatarnos que evitan ver más allá que el simple ojo.
Muchos intentan ocultar el alma ante el mundo para que nadie les haga daño, otros no pueden evitar sacarla a flote cada vez que tienen la oportunidad, pero si a pesar de esto y de que los ojos pueden ser esa puerta que permite escudriñar en el alma, hay formas de proteger esa entrada trascendental que conlleva a una dimensión paralela másallá del infinito (Y no es usando unos lentes oscuros o de sol).