Su nombre es Maria Dariela Acosta, si, ahora conozco infinidad de Marias, no bastó con las de bachillerato, es un nombre tan común en mi país y en muchos países vecinos. En fin, la conocí hace casi tres años, de una manera tan extraña y también triste. Nos hicimos muy buenos amigos por amistades en común, ella es una chama muy cariñosa, apasionada por los niños e incondicional con las obras de caridad, la admiro demasiado. Es fiel creyente de la Virgen María, quizás sea por su nombre y por la bondad milagrosa de la Santa Virgen de la Iglesia Católica. Pertenece a una fundación llamada “Creo en ti”, de la cuál les estaré hablando más adelante, ya que ofrecen obras admirables a los niños y adultos damnificados que hoy en día son muchísimos pese a la situación actual de mi país.

Tiene 21 años de edad, es una persona entregada a lo que hace y su corazón es inmensamente grande, me gusta. Recordé que Maria Dariela es de las personas más delicadas que conozco, quisiera evitar reírme cuando se molesta pero es imposible. Hace casi 3 años, cuando la conocí, su vida cambió plenamente cuando falleció el amor de su vida y su mejor amigo en un horrible accidente, quienes eran hermanos, muy conocidos en nuestro pueblo y muy panas. No quiero ni imaginarme el dolor y desespero que se puede sentir al perder al mismo tiempo a dos personas tan importantes en tu vida, para mí ella es una persona muy fuerte, que hoy en día sonríe y agradece por los momentos vividos junto a ellos.

Teníamos casi 1 año sin vernos, sin hablar como buenos amigos pero mi amor al arte y al trabajo nos unió y decidimos hacer unas buenas fotos. Indudablemente estuvimos de acuerdo y planeamos ir al circo que llegó hace semanas a mi pueblo, pensamos que obtendríamos unas buenas tomas, pero no nos dejaron estar en el establecimiento, así que fuimos al estadio de béisbol situado al lado, acompañados por Michele (a quien también retraté y subiré sus fotos próximamente). Aquella tarde tomé una buena cantidad de fotos, de hecho, no sabía cuales elegir. Fue gratificante poder compartir y fotografiar a personas tan bonitas, no sólo físicamente, además hicimos muchos planes, hablamos de muchísimos temas y me sentí tan cómodo que quisimos volver a repetirlo. Dariela, está a punto de irse del país y eso me entristece pero a la vez me alegra porque sé que la espera un futuro brillante y un largo camino por recorrer, será indispensable extrañarla, pero algo me dice que nos volveremos a encontrar.