Una vida puede traer días felices pero también días tristes, un día puede traer momentos felices y momentos tristes consecuentemente, un momento feliz puede traer una situación triste mientras una situación triste puede traer un momento feliz. Todo esto lo noté en un pequeño instante, en una pequeña acción, solo que en mundos paralelos y en puntos diferentes.
Un juego de futbol se disputaba en un terreno improvisado, el partido iba parejo cero a cero, nadie lograba anotar, después de pasado 40 min de juego un niño logra recibir de buena manera un pase para controlarlo y luego patear hacia la portería del equipo contrario anotando el gol, los compañeros salieron gritando de emoción, mientras un pequeño niño caía llorando sobre el césped, no podía creer lo que había sucedido, su equipo había perdido.
Nadie se había dado cuenta de aquel niño, ya que la celebración llamó todas las miradas hacia el equipo ganador, pues así era la regla del juego, quien anotara primero ganaba el partido. La celebración había finalizado y aún el niño permanecía llorando sobre el césped, una señora se da cuenta del llanto de aquel niño y se acerca, al estar cerca le pregunta - ¿Por qué lloras niño?, el niño le responde, - mi madre prometió venir a verme jugar en el próximo juego si ganaríamos este partido.
No llores, a veces no todo sucede como nosotros desearíamos, preparate y concentrate para el próximo encuentro, tal vez los papeles cambien y tu seas el que celebra mientras otros lloran, no debes rendirte por una derrota, cada partido es una nueva oportunidad para ganar, para celebrar, pero si no logras vencer, entonces intenta nuevamente hasta lograrlo. Los verdaderos vencedores son aquellos que no se rinden ante una derrota.
A continuación les dejo una buena canción al ritmo del reggae para activar esa sensación de esperanza de que el nuevo día traerá experiencia, entendimiento y voluntad para sobrellevar cada día.
Nesbeth, Joy in the morning.
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