Soy Iraní Acosta, mi nombre se escribe como el singular del gentilicio de los y las iraníes aunque no tenga ninguna relación con ese país.
Si he de usar calificativos para auto-definirme diría que: soy mujer, feminista, cristiana, católica e ignaciana.
No comparto clichés tipo "es bueno todo lo que sume", pues a veces prefiero la resta, creo que depende más bien de qué habrá de escribirse como resultado después del signo = tras la operación.
¡Viva el poder de las palabras! pero que viva más la posibilidad y la libertad que tenemos para reescribirlas a medida que evolucionamos.
En la universidad estudié computación pura y en el oficio he aprendido la comunicación a través de la radio.
Si tengo que elegir algún día, preferiré arrepentirme de lo que hice en vez de arrepentirme por lo que dejé de hacer. Respeto mi intuición y disfruto estar sola aún cuando comparto la vida con otros y otras.
Cuando el Padre Adolfo Nicolás, entonces General de la Compañía de Jesús (Papa Negro), visitó Venezuela en 2014, tuve el privilegio de compartir varios espacios con él. En su mensaje a quienes estuvimos en la escuela La Chinita de Fe y Alegría en Maracaibo, explicaba que la jirafa es un animal con un corazón muy grande que puede pesar más de 10 kilogramos y medir aproximadamente 60 centímetros de largo, y que el cuello puede medir cerca de 2 metros de largo que al sumarse al largo de sus patas y su cuerpo hacen que la jirafa sea el animal más alto del mundo alcanzando hasta los 5 metros y medio de altura, por ello tiene una amplia visión.
En base a estas características, el SJ, Adolfo Nicolás, nos invitaba como ignacianos e ignacianas a ser como la jirafa: “tener un corazón grande y una visión alta y amplia”... con este reto decidí quedarme y espero poder compartir con ustedes un corazón grande y una amplia mirada sobre algunos temas.
Nos seguimos leyendo!