de media Luna plateada
a muy altas horas de la madrugada
y en una humilde morada.
Una pequeña busca protección en su padre.
– "Papá ¿hoy puedo dormir en tu cuarto, junto a mamá?"
dijo ella en susurros.
a un costado de la mesa, en tono cálido este enuncio
– "Mi niña, mi querubín, no tienes nada a que temer,
ve a descansar a tu recamara"
–"¡NO QUIERO!." Exclamo la nena
– "No me siento segura allí, algo me hace sentir incomoda...
Creo que es un monstruo que me asecha."
Dando una gentil caricia sobre su pequeña cabeza
emitió con voz serena
– "Mi niña, mi querubín, no tienes nada a que temer,
ve a descansar a tu recamara,
Los monstruos no existen, mucho menos en tu habitación"
– "¡PERO!." Dijo ella angustiada
– "Nada de peros." El decreto
– "Ve a tu cuarto a dormir, una vez que termine con la gabela,
iré a darte las buenas noches y confirmar lo seguro de tu morada."
abrazo con todas sus fuerzas su oso de felpa, en señal de angustia
la pobre niña desafortunada se marcho
sintiéndose derrotada hacia su estancia.
cumpliendo su palabra como buen padre
va hacia su preciada infante, a darle las buenas noches
una vez dentro de la recamara, se sienta a un costado de la cama
al notar que su hija acostada, aun seguía despierta
acariciando su diminuta cabeza, pregunta
– "¿Que te mantiene despierta mi niña? ya deberías estar dormida"
– "No puedo dormir papá, hay un monstruo bajo mi cama."
Reclamo ella
que los monstruos no existen, y te lo voy a demostrar."
tras decir esas palabras, prosiguió a revisar bajo la cama
al levantar las sabanas quedo paralizado y horrorizado
al escuchar las siguientes palabras, resultantes de su hallazgo
¡HAY ALGO SOBRE DE MI CAMA!."
Fin.
Muchas gracias por leer mi relato espero que te haya gustado
Y te deseo unas buenas noches
Fin.
Y te deseo unas buenas noches