Como casi cualquier niño de finales de los 90 y principios de los 2000 crecí viendo series como Dragon Ball, Caballeros del Zodiaco, Slam Dunk y Super Campeones, por nombra algunas. Series que hoy se consideran clásicos.
Mientras fui creciendo fueron llegando Pokemon, Digimon, Inuyasha, Bayblade, Yu-Gi-Oh! Y muchas otras que se trasmitían en canales como Cartoonnetwork o Fox Kids que me maravillaron.
No fue hasta mi adolescencia que ese tipo de series animadas venían de Japón y se llamaban Anime, hasta ese momento para mi eran “comiquitas” y ya.
Viendo Evangelion, Gosth in the Shell, Helsing y otras en Locomotion y Animax descubri que el anime no era solo para niños y al no poder seguir la continuidad de mis favoritos por tv, se me ocurrió buscarlos en internet. Un nuevo mundo se mostró ante mí, páginas con cientos de animes diferentes, eran tantos por ver y tan poco tiempo para hacerlo.
Un día viendo Bleach encontré un comentario “Este es el capítulo 350 del manga” ¿Qué era el MANGA?
Bueno resulto que el manga era una suerte de comic pero japonés, dibujado con un estilo particular pero en blanco y negro, además de que las viñetas se leían de derecha a izquierda.
Bleach 350
Tite Kubo
Encontré que la mayoría de los animes que me gustaban tenían un manga y que estaban más adelantados en la historia, solo por eso empecé a leerlos, ¿Quién no quiere saber que pasa después en su serie favorita? ¿No?
Luego el relleno atacó, los odiosos arcos que tienen poco o nada que ver con la historia principal creados para joder y hacer que el manga pueda sacar más capítulos para adaptar a anime. Cada vez que una serie entraba en un arco de estos dejaba de verla y solo leía su manga, al final, me vi leyendo un montón de estos al mismo tiempo y solo veía uno que otro anime, hasta que por un tiempo deje de velos.
Cuando regrese al anime, con un poco de criterio audiovisual, noté algunas cosas, las historias en el animé eran diferentes a las de sus mangas y la variedad del manga era mucho mayor demás de algunas otras cosas que llegan a ser comprensibles si piensas que adaptar una obra a un medio diferente y que esta guste no debe ser nada fácil, pero por otro lado lo que más me desencajó es, que en algunas series la animación en sus primeros capítulos es magnífica y detallada, empiezan por los cielos y a medida que avanzan los capítulos su calidad va decayendo. Que molesto es cuando pasa.
Por otra parte en el manga, aclaro que no en todos, pero si en muchos he podido ver como el arte mejora a medida que la obra avanza, se siente una evolución no solo de la historia y sus personajes, sino también del artista y sus técnicas, y eso para mi es maravilloso.
A medida que me acostumbré a leer y fue empezando a tener que hacer “cosas de adulto” me di cuenta que se necesita mucho menos tiempo para leer una obra completa en manga que ver un anime entero, claro que en algunos casos la experiencia no se comprar con ver animados y con voz a los personajes que te gustan, cuando la adaptación está bien hecha.
Para ser claro, ya casi no consumo anime por diversas razones, y cuando lo hago no lo disfruto como antes, al punto de poder decir que no me gusta, pero le tengo un gran cariño al medio.
