Texto breve sobre la madre, mi madre

Sinceramente no tengo muchas palabras para lo que se celebra (y lo que ya se terminó de celebrar en otras partes del mundo) hoy 8 de marzo, día de la Mujer... prefiero ahorrarme los comentarios personales sobre lo que he visto en las redes sociales. Lo que realmente quiero hacer es agradecerle y felicitar en primer a lugar a mi madre, ya que le ha tocado trabajar duro durante toda su vida y más en los últimos 22 años, en los que me ha criado prácticamente sola; a mis tías, quienes a su manera y con distintas maneras de dar cariño me consintieron y me siguen consintiendo; las madres de mis grandes amigos, ya que se volvieron prácticamente segundas madres para mi, mientras yo me volvía hermano de sus hijos; y finalmente a mis grandes amigas, quienes me han apoyado en determinados momentos y ya no están, las que me siguen apoyando después de muchos años, y a las que se han sumado en esta travesía tan compleja como lo es la vida.

¿A qué va todo esto? Desde mi niñez la figura femenina ha estado muy presente en mi ser y mi hacer, me siento afortunado por eso.

Quiero compartirles una fotografía que para mi tiene mucho valor por la persona fotografiada y por la manera en como inconscientemente proyecté a la mujer.

Un día le hice unos desnudos a mi madre, a ella le emocionaba la idea desde hace unos meses atrás (fue ella quien me metió en esto de la fotografía). Les mentiría si dijera que la experiencia fue indescriptible, se puede describir: yo me sentía cómodo, ella también, la sesión estuvo llena de risas, conversas y confesiones, hasta que finalmente, fue mi voz la que decidió ponerle fin al momento de intimidad <<ya, me cansé>>. No era que me había cansado realmente, sino que ya había obtenido justamente lo que quería, un retrato que al sol de hoy sigue siendo uno de mis preferidos, un retrato de mi madre que sabía que nunca podría olvidar (al menos mientras esté cuerdo).

Mamá solo está tendida sutilmente sobre la cama. Si las larvas tienen una posición cuando están dentro de su capullo sería esta, pose que además es la misma que tienen los bebés humanos cuando están en el vientre de la madre. Cosa curiosa, alguna vez yo estuve en esa posición dentro de mi madre, ahora era mi madre quien estaba así para mi, dentro de un espacio que no es circular como la bolsa orgánica en la que duerme el bebé, sino en el rectángulo de mi cámara. Una vez hablé de la metamuerte, ahora puedo hablar del metanacimiento.

Que mala costumbre la de perderme en lo que escribo, estaba a punto de hacer otra sentencia peligrosa de la fotografía: es como el vientre materno... puede ser algo interesante, pero no es lo que me interesa en este punto.


Muero de ganas por describir la foto, estableciendo más analogías sobre la relación que tengo con mi madre y sobre el papel de la mujer en nuestra sociedad (podría, si me pongo intenso jaja), pero no tiene sentido matar la apreciación estética de ustedes y además conducir más su mirada sobre esta foto hacia lo que me gustaría que ustedes vieran. Solo espero que sea de su agrado y que sea digna de apreciar unos cuantos segundos.

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