He soñado que en la noche me persigues, con un ramo de ruda entre tus manos y el aroma de incienso en tu cuerpo magro, que de avispas traes cubierta la boca, y tus cabellos resecos cubren tus nalgas voluptuosas.
Te veo y trato de escapar de tus cadavéricas manos, pero al voltear solo veo las pisadas que dejaste sobre el barro negro; de repente siento tus manos en mi pecho y luego tu vientre sobre el mío mientras mis ojos se oscurecen al sentir también escalofrío.
Siento que muero en otro instante, me has robado el aliento en un suspiro, me das un placer que al mismo tiempo me asesina y me revive, puedo sentir tus senos, puedo tocar tu cuerpo desnudo sobre el mío, pero no puedo ver el rostro que he amado y que he perdido…
Historia y Fotografía
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