Suelo esperar pacientemente que él vuelva.
Viéndolo caminar de un lado a otro y salir por la puerta siento acumularse el anhelo de su piel ¡Oh sí! Su piel, aún conservo el aroma de la última vez que la tuve rozándome. Le evoco perfectamente estremeciéndose bajo de mí, su temperatura aumentando poco a poco hasta que sus músculos se relajan en un último suspiro. Prefiero las veces que estamos a solas pero en ciertas ocasiones es inevitable que seamos tres y en algunos momentos hasta más, no puedo protestar solo me queda agradecer en silencio el poder compartir esas horas aunque sean pocas.
Disculpa si te aburro con mis lamentos, y tal vez pienses que debo hacer algo mejor que aguardar por alguien que quizá no note mi deseo pero debo decir que no puedo cambiar eso pues solo soy una simple sábana, cómo podría moverme de aquí, ya ves pues mi condición te invito que nos acompañes hoy hace frío te aseguro que soy cómoda para dormir.