Cuentos que no son Cuentos

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¿Réquiem para mi Teléfono?

A veces la tecnología actúa como si tuviera algún tipo de vida o de conciencia.

A principio de la semana, mi antiquísimo Iphone 4 empezó a fallar considerablemente y,
en un momento dado, se calentó como una plancha.

Lo llevé a servicio, pensando lo peor –ya son siete años con él-; el técnico, después de revisarlo y hacerle mantenimiento, conformó mis más oscuras sospechas: “Tu cel está a punto de reventar. Respalda tu información en cuanto puedas y ve pensando qué modelo vas a comprar, porque éste ya está más de allá que de acá".

Pocos minutos después, caliente como una plancha el Iphone de las mil batallas cerró los ojos, aparentemente para siempre. Llegué a casa y lo conecté, con la esperanza vana de revivirlo. Nada, solo la resignación.

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Lo desconecté, pensando con un poco de nostalgia en todo lo que pasó con, a través y gracias a ese teléfono. A comprar otro: la inexorabilidad del paso del tiempo, el ciclo de la vida, etc.

Hoy por no dejar, lo conecto. Enciende. Retiene la carga. Frío como nalga de muerto.
Hasta el momento, funciona sin problemas.

¿Será que, de alguna manera, los aparatos intuyen o perciben cuando pretendemos sustituirlos?

Es ilógico, irracional, anti-científico. Pero a veces, la ilógica parece reírse frente a nuestras narices.

¡Gracias por leerme! Enjoy...

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