Las actitudes son las fuerzas para seguir viviendo, originan el ir y venir, también definen el tiempo, estas precisan lo que podemos pensar y ser, puntualizan lo que nuestro ser pueden brindarnos ya sea felicidad o apartarnos de ella. Las actitudes positivas pueden brindarnos felicidad, una actitud positiva nos hace soñar, dan poder para vencer obstáculos. Al cambiar la actitud, se comienza a ver el pasado negativo como enseñanza y al futuro como premio a lo pasado.
La necesidad del cambio
Vivimos en un mundo cambiante, rápido, atropellado, nos impulsa a adaptarnos a lo que nos rodea. Por ejemplo, la moda que marca la pauta, impulsando a muchos a estar en sintonía con ella. Otro es, el uso de la tecnología; antes para escribir una nota a una persona lejana tenía que escribir una carta, enviarla al correo y esperar el arribo de la misiva al buzón del destinatario. Hoy en día, desde el teléfono móvil puedes enviar escritos, fotos y vídeos por whatsapp, que llegan en un instante. Las cosas han cambiado y seguirán cambiando.
No podemos quedarnos estancados, no tenemos que decir: yo soy así, qué le vamos hacer, siempre he pensado igual. Es necesario cambiar para poder dar lo mejor de nosotros y, no podemos quedarnos paralizados si sabemos que un cambio nos permitiría ser más fuertes, más eficaces y más felices. Cómo entes pensantes y sensibles que somos cambiamos y evolucionamos cada día.
En ocasiones, existe la necesidad de tomar decisiones que suponen cambios drásticos en nuestra manera de actuar, tenemos capacidad para reaccionar de modo distinto al habitual, ya sea porque el momento lo exige o para mejorar como personas y ser más felices.
La actitud que tomes determinará tu camino, el fracaso o el éxito. Comienza hoy, teniendo una buena actitud, avanza con fe y sé feliz.
Bendiciones,