Hay
muchas situaciones que te pueden ocurrir a lo largo del día que te pueden hacer sentir mal. Muchas situaciones inevitables que no están al alcance de tu mano y que acaban por golpearte por mucho que intentes esquivarlas.
-Tu pareja ha hecho algo que te ha sentado muy mal y te sientes desilusionado.
-En el trabajo has discutido con algún compañero y no has sido capaz de hacerle ver tu punto de vista.
-Mientras ibas en el coche, algún subnormal que se cree Dios al volante ha hecho una maniobra peligrosa y te ha alterado los nervios durante un minuto.
-Te preocupan las notas de los ultimos exámenes de matemáticas de tu hijo.
-Quieres comprarte una casa pero con el sueldo que tienes no te llega. Odias ver a tu familia en un espacio pequeño.
Stop
Imagínate ahí por un momento. Mírate desde arriba mientras contemplas la inmensidad de nuestro planeta vagando en el Universo. Observa que insignificante eres. Si tú eres insignificante, tus problemas cotidianos lo son aún más. No tiene sentido que tu estado de ánimo se vea influenciado por cosas que pasen en tu día a día.
No eres más que polvo de estrellas transformado viajando por el universo a velocidades inimaginables.
¿Eres capaz de ver ahí algunos de tus problemas? Yo no veo ninguno. Todo está bien, estás vivo, respiras oxígeno, te alimentas. Amas.
Estás viajando por el Universo a velocidades inimaginables. Se me obstruye la mente al pensarlo.
Todo es cuestión de perspectiva, no lo olvides.