Vivo en el país de las despedidas, el país de los guerreros y nostálgicos, donde ocho de cada diez anhela día a día volver a abrazar a un ser querido, amigo o hermano que partió en busca de una mejor vida.
Vivo en el país de las despedidas, donde antes celebrábamos cumpleaños y ahora hacemos despedidas.
Vivo en el país de las despedidas, aquel donde nací, crecí y me hice mujer, aquel que me dio la oportunidad de ser profesional y de conocer gente que vale oro.
Vivo en el país de las despedidas, donde el humor es la respuesta a todo lo que acontece, aunque se trate de una verdadera tragedia.
Vivo en el país de las despedidas, donde existen las playas, sabanas, selvas y montañas.
Vivo en el país de las despedidas, donde se come arepa, patacón y pabellón.
Vivo en Venezuela, el país de las despedidas, donde quizás la próxima despedida sea la mía…
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