La película está ambientada en un pueblo venezolano llamado Las Piedras, poco después del final de la Segunda Guerra Mundial. Es un lugar deprimente y desolado, donde los lugareños se mueven montados en burros. En el trasfondo, las torres de un yacimiento petrolífero de propiedad estadounidense se elevan al cielo
Algunos aventureros extraviados se reúnen en la cantina de mala muerte del pueblo: el corso Mario, Luigi de Italia, el refugiado de la Alemania de Hitler, Bimba y el gángster francés Jo. Ninguno de ellos tiene trabajo, por lo que su posición económica es tan miserable como sus alrededores.
”Nadie sale de esta agujero”, advierte Mario. “Está muy lejos de todo”. Necesitan dinero para salir de Las Piedras, pero el trabajo escasea, incluso para los estadounidenses. Asi están las cosas al principio, pero entonces, de repente, un pozo petrolero se incendia y la única forma de apagar el fuego es detonando una carga de nitroglicerina.
Es preciso llevar los explosivos al pozo y, por supuesto, el camino no está pavimentado y cruzan por un terreno accidentado. La empresa petrolera busca a cuatro conductores para dos camiones, Mario, Jo, Bimba y Luigi están entre los muchos que solicitan el puesto y consiguen el empleo. En menos de media hora los camiones se ponen en camino, con Jo y Mario en uno y Bimba y Luigi en el otro
El salario que ofrece la empresa petrolera por transportar el material es alto: 2,000 dólares para cada conductor. Pero la nitroglicerina es un material muy sensible y explosivo, por lo que incluso la sacudida más ligera puede prenderla y causar un desastre. Conforme la historia se desarrolla, muestra como los cuatro hombres se enfrentan al miedo y lo que este les hace. Por ejemplo, Jo, el gángster, pierde el valor y vomita con violencia.
El salario del miedo es uno de los primeros ejemplos de la variación francesa especial del cine de suspenso conocido como “Cine Negro”. El director, Henri-Georges Clouzot, fue uno de los exponentes de este genero. Se ha dicho de esta película que estaba en el lugar adecuado en el momento indicado. Su estilo lacónico concordaba a la perfección con la cultura de la posguerra con su jazz sensacional, el homenaje que rinde al encanto de la pobreza y el consumo de la prosa de Hemingway. El existencialismo de Jean-Paul Sartre y Albert Camus era la filosofía de moda, la cual también parecía corresponder al estilo de la película.
«El salario del miedo» fue premiada en 1953 con la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes y con el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín, convirtiéndose de este modo en el primer film en conseguir ambos galardones.
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