Apearse del caballo muerto / Getting off the dead horse

La frase "apearse del caballo muerto" es atribuida a la sabiduría de los indios Dakota y lo pude leer en el blog de Diego Albadejo quien cuenta la leyenda de un jefe Dakota que le dijo a su hijo: "Si descubres que estás cabalgando un caballo muerto, lo mejor que puedes hacer es apearse".

Una metáfora que nos recuerda la importancia de saber abandonar una idea, proyecto o situación que ya no es viable o fructífera. Y esto aplica a todo espectro de nuestra vida: familiar, laboral, profesional o amorosa. Porque cuando algo no está funcionando, aceptarlo y reconocerlo, son necesarios para cambiar de dirección o abandonarlo en caso de ser necesario.

Somos muchos que por emocionalidad no somos capaces de reconocer el fracaso, lo cual nos hace seguir insistiendo en ello, desperdiciando tiempo, dinero y esfuerzo en un proyecto, una relación o una idea que no tiene futuro, lo que nos lleva a cerrarnos a nuevas oportunidades.

Mi esposa y yo abrimos un mini market. Habíamos abierto el negocio dos meses atrás, impulsados por la necesidad y la esperanza. No teníamos experiencia ni dinero suficiente, pero la pasión por nuestro sueño era la brújula que guiaba nuestros pasos. Se atendía a los pocos clientes que se aventuraban a entrar, soñando con un futuro próspero.

Los días se convertían en semanas, y las semanas en meses. La realidad golpeaba con rudeza: el negocio no despegaba. Las facturas se acumulaban, la desconfianza se instalaba en nuestros corazones y la sombra del fracaso amenazaba con apagar la luz de nuestro sueño.

Estuvimos sacando dinero de otros negocios para sostenerlo. Creíamos que mañana sí despegaría. Negarnos a rendirnos era una cuestión de orgullo, de aferrarnos a un sueño que se resistía a tomar forma. Sin embargo, la realidad golpeaba con dureza, y la responsabilidad hacia nosotros mismos y nuestra familia nos obligó a tomar una decisión dolorosa: cerrar el mini market.

El día que bajamos la persiana por última vez, una mezcla de tristeza y resignación se apoderó de nosotros. No fue un fracaso, sino un aprendizaje a fuego lento, una lección sobre la importancia de la preparación y la planificación.

Apearnos del caballo muerto fue una lección que hoy agradecemos, porque pudimos invertir en otros proyectos.

Y tú, de cuál caballo muerto necesitas apearte.




Getting off the dead horse

The phrase "get off the dead horse" is attributed to the wisdom of the Dakota Indians and I was able to read it on the blog of Diego Albadejo who tells the legend of a Dakota chief who told his son: "If you find you are riding a dead horse, the best thing you can do is get off. "

A metaphor that reminds us of the importance of knowing how to abandon an idea, project or situation that is no longer viable or fruitful. And this applies to the whole spectrum of our life: family, work, professional or love. Because when something is not working, accepting it and recognizing it are necessary to change direction or abandon it if necessary.

Many of us are emotionally incapable of recognizing failure, which makes us keep insisting on it, wasting time, money and effort on a project, a relationship or an idea that has no future, which leads us to close ourselves to new opportunities.

My wife and I opened a mini market. We had opened the business two months ago, driven by need and hope. We did not have enough experience or money, but the passion for our dream was the compass that guided our steps. We served the few customers who ventured in, dreaming of a prosperous future.

Days turned into weeks, and weeks into months. Reality hit hard: the business was not taking off. Bills were piling up, distrust was settling in our hearts and the shadow of failure threatened to extinguish the light of our dream.

We were taking money from other businesses to sustain it. We believed that tomorrow it would take off. Refusing to give up was a matter of pride, of holding on to a dream that refused to take shape. However, reality hit hard, and the responsibility towards ourselves and our family forced us to make a painful decision: to close the mini market.

The day we lowered the shutter for the last time, a mixture of sadness and resignation took hold of us. It was not a failure, but a slow learning experience, a lesson in the importance of preparation and planning.

Getting off the dead horse was a lesson we are grateful for today, because we were able to invest in other projects.

And you, which dead horse do you need to get off.

****




CRÉDITOS
Banner elaborado en PSD con fotos propias y logo de IAFO
Logos redes sociales
Traductor Deepl

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now
Logo
Center