Antes de contarles cómo conseguí entrar en la jaula y estar a pocos metros, sin protección alguna, de esta majestuosa criatura, quiero hablarles un poco sobre el Jaguar:
Contrario a lo que comúnmente se cree este animal no es un felino sino un panterino, es decir que sus parientes más cercanos son los tigres y los leones. En algunas regiones se considera especie en peligro de extinción; pues gente inculta e inconsciente los caza para extraerles la piel y los colmillos.
Tienen una mirada penetrante a través de la cual pueden cautivar tu alma si los miras fijamente, sus ojos están llenos de magia y poderlos presenciar frente a frente, sin rejas, sin barreras, sin acrílicos, sin vidrios de protección es una experiencia difícil de describir con palabras de este mundo.
Ahora sí les voy a contar como me metí en jaula; primero tengo que mencionar que no es algo que se permita debido al riesgo que se corre, yo logré entrar después de insistirle y rogarle a una cuidadora que es amiga mía, le pedí sólo 20 segundos para hacer aunque sea 2 ó 3 fotos. Al final me lo permitió con la condición de que tendría que esperar a que el yaguar se encontrara al otro lado de la jaula, y a que sólo podría entrar y no dar ni un sólo paso más.
Al darse las condiciones mi amiga quito el cerrojo de la jaula muy lentamente para no alertar al yaguar, abrió la puerta con suma lentitud para que no rechinará. Nuestro amigo ya había sido alimentado en la mañana de ese día y había comido una buena cantidad de carne, además tratándose de un animal bien alimentado y acostumbrado a la vida del zoológico cazar no es uno objetivo que cautive su atención. Sin embargo puede sentirse amenazado por una presencia extraña en su habitad.
Si el Jaguar se llegaba a levantar yo tenía que retirarme inmediatamente de la jaula y abandonar mi misión de fotografiar a este ejemplar, por lo que entré con suma lentitud. Sólo pude hacer 5 fotos dentro de la jaula, una de ellas ya las compartí y ciertamente compartiré las otras 4 restantes en esta misma publicación. Tuve que encuadrar y ajustar muy bien mi cámara para que las pocas fotos que haría salieran perfectamente, pues el sonido del obturador llamaba mucho la atención del animal.
Cuando entré a la jaula él se encontraba acostado, descansando. Sin embargo cuando tomé la primera foto (que es esta debajo de este texto) el yaguar se incorporó y pasó a la posición que se ve en la primera foto de este post (esa foto fue la segunda que logré tomar). Después de haber hecho esta segunda foto el Jaguar se levantó del suelo...
En ese momento mi amiga me insistió que debía retirarme pero yo no hice caso y me quedé parado en la jaula, muy lentamente le dije calmate, no pasa nada, sin embargo no puede ocultar mi miedo pues mi voz estaba temblorosa, en ese momento me paralicé, no pude ni hacerle una foto cuando se había parado, pues dentro de mí estaba muy asustado.
El Jaguar se volvió a acostar en el suelo, cerca de un tronco que hay dentro de la jaula y en ese momento me volvió el alma al cuerpo e hice mi tercera foto (que es la foto bajo este texto). En ese momento me atrapó su mirada, sus ojos amarillos y profundos. Hay quienes dicen que el ojo es la ventana del alma y he escuchado la creencia que si miras fijamente a alguien a los ojos, en un estado de suma tranquilidad, puedes conocer sus secretos más profundos; pues te pones en contacto con la parte más pura de su ser.
Puedo decir que sentí una conexión entre este Jaguar y yo, puedo decir que en ese momento me sentí paralizado pero no del miedo, estaba cautivado, preso en los hermosos ojos de ese animal maravilloso. Incluso, luego de haber salido mi amiga me comentó que en ese momento ella me preguntó ¿qué te pasa? y yo no le respondí, no le había escuchado.
Luego las cosas se pusieron un poco tensas, acabó el intercambio de miradas y el yaguar volvió a levantarse. Mi amiga me comentó luego que en ese momento apretó con fuerzas las rejas de la jaula, me dijo ya está bien, sal. Yo la escuché pero nuevamente no le hice caso, le dije no viene hacia mí, va a tomar agua. En ese momento ajusté la cámara y logré fotografiar al Jaguar hidratándose.
En esta foto les pido disculpas ya que no logré enfocar bien, admito que estaba un poco nervioso y me temblaban las manos, mi cámara es de foco manual y lo centré más en el muro que se ve en la foto que en el animal. Al haber sonado el obturador, el yaguar volteó hacia a mí; definitivamente en esta oportunidad le había prestado atención a mi presencia, dejó de tomar agua y se encaminó hacia mí.
Me pareció que había buena distancia entre nosotros para hacer una foto de cuerpo completo. Logré enfocar bien, abrí el zoom y cuando estuve a punto de presionar el obturador me percaté de que mi amiga abrió la jaula y me tomó del brazo, me dijo en un tono muy fuerte ¡ya basta Fran! ¡Sal ahora!
Yo presioné el obturador pero el jalón que medio en el brazo arruinó en encuadre de la foto y no pude enmarcar por completo el cuerpo del Jaguar. Igual la comparto aquí con ustedes:
La verdad es que parece molesto, aunque sólo caminó hacia mí lentamente, no corrió ni saltó. Cuando mi amiga me sacó de la jaula y la cerró el yaguar se acercó a nosotros en pocos segundos y se detuvo a olernos a través de la reja. Le quería tomar una foto, sin embargo mi amiga me lo impidió; me quito la cámara y me dio tremendo regaño.
Por supuesto no me lo tomé a mal, yo estaba completamente consciente de que eso era una completa locura y que puse en riesgo mi vida y su trabajo. La verdad es que le agradezco que me haya jalado del brazo, si no lo hubiera hecho el Jaguar hubiera llegado a mí antes de que pudiera salir de la jaula, pues había calculado muy mal la distancia; en la cámara me pareció que estábamos más lejos.
Ese día no hice más fotos, más bien me dediqué a hacer las pases con mi amiga, hasta le invité el almuerzo y un helado para contentarla. Cabe decirles que aún somos amigos, pero ya no me deja entrar a las jaulas de carnívoros tan grandes; sin embargo aún me deja pasar a jaulas donde sí está permitido como la de las aves por ejemplo.
Reflexionando al respecto admitido que no recomendaría a nadie hacer esto, realmente es muy peligroso y uno tiene que ponerle ciertos limites a su arte; sobre todo cuando se arriesga la vida. A la vez admito que esta fue una de esas cosas que no me arrepiento de haber hecho, sin embargo tampoco lo volvería a hacer.
Me siento bien de haber podido publicar esto, de haberlo podido compartir con la comunidad. Le agradezco a quienes lo hayan leído y espero que hayan disfrutado las fotos, tanto como yo disfruté el día en que las hice. Les pido disculpas porque siento que dejo huecos y cosas por relatar, sin embargo como dije antes esta es una experiencia difícil de describir con palabras de este mundo.