- No permitiré que mis emociones me dominen, cada vez que lo permito; cosas malas suceden.- Exclama Nöel, preparándose para lo que viene.
Frente a Nöel se encontraba una masa antropomórfica enorme, repleta de rostros, muy conocidos por él; muy odiados para su psique. Pero aquello que lo mantenía en asombro sobre aquella criatura, era la viscosidad de su piel pues aunque daba la impresión ser muy resistente; tenía una consistencia maleable a su antojo o eso parecía. A una distancia prudente, se encontraban vigilando aquel contrincante….
De pronto el silencio se ve interrumpido por un rugido capaz de estremecer un área considerable del propio constructo, inmóvil; pero de alguna forma apegado a sus instintos de supervivencia. - ¿Acaso sabe que estamos aquí?- Pregunta Nöel un poco asustado por aquello que acababa de presenciar.
- No del todo, estas cosas son como animales; hechos por ti mismo para decirlo de alguna forma- Añade El Bardo siendo interrumpido súbitamente por Nöel, quien formula la siguiente pregunta:
- ¿Cómo es que no tengo idea sobre eso? Es decir, esos rostros que posee alrededor de su cuerpo, pertenecen a personas que conozco; lamentablemente.-
- No te preocupes tanto por eso, nada de lo que hay aquí es totalmente real; la mente humana suele hacer estragos consigo misma formando seres así. Puede decirse que son “protectores” o “guardias” hasta cierto punto.- Responde El Bardo, dando un gesto de desaprobación; como si subestimase al chico.
- No me preocupan esas personas, cuando digo que lamentablemente las conozco; lo lamentable es exactamente conocerlos. Creo que hasta cierto punto puedo decir que las cosas con esas personas no salieron muy bien… Si estamos en una dimensión hecha por ti a base de mi propia mente, aunque ya suena bastante como invasión a propiedad privada y estos son los “cuidadores” de mi estabilidad mental…- Interrumpido por El Bardo, ya cansado y dispuesto a dar una explicación concreta.
-No, no estás alterando nada de tu psique; todo se encuentra como debería. O como desees. Estos constructos que vas a enfrentar aquí son simplemente eso, su existencia no afecta tu integridad, a no ser que te ataquen o maten aquí; claramente.
Estamos aquí porque como ya dije antes, necesitas entrenar; cuando termines con esto podemos ir a la siguiente fase. Debes estar consciente de que encontrarás cosas mucho peores mientras avances en el camino.- Dice El Bardo, levantándose del suelo dispuesto a alejarse un poco. - Es decir que si muero aquí ¿voy a morir de verdad, no crees que deberías ayudarme un poco; con una pista al menos?- Exclama Nöel, preocupado de enfrentar aquello que ven sus ojos.
- No necesitas ninguna pista, aunque tu falta de atención a mis palabras puede matarte; aquí termina la primera lección. Ahora enfréntalo, tienes todo lo que tu imaginación desee; no te quedes corto en ideas y usa algún método que te sea cómodo o conozcas bien. – Responde El Bardo, deteniéndose por unos segundos sólo para esbozar aquellas palabras; desapareciendo.