El Bardo del Fin

Pensar que tu vida es producto de un destino ahogado en un cóctel de estupefacientes, tanto extraña como divertida.
Aquellos giros similares al paso de una mujer ebria hasta más no poder, casi utilizando toda su fuerza en no caer al suelo.
Trastabillando en alguna calle, probablemente sola y a oscuras; rogando a todos los dioses conocidos por ella el llegar sana y salva a casa.
Es un poco decepcionante cuando logras observar lo rutinario de esta escena, cada día, cada segundo.
Básicamente así veo tu vida, locura y exceso hasta el fin de los tiempos...
Suele ser fascinante cada vez que aquella "dama" cae en ese pequeño abismo sin fondo, del que no encuentra fuerzas para salir a menos de que se engañe a si misma con esa falsa esperanza en que todo estará bien mañana.
Luego de satisfacer sus ansias de rectitud, va a tomar siempre aquel camino que tanto ama; aquél al que tan acostumbrada se encuentra.
Presa en la divinidad de su desvarío constante, falsos rostros y luces de neón como escenario perfecto para la ocasión; la recurrente ocasión.
Danzando y resbalando al ritmo de una extraña melodía de la cual ni ella tiene conocimiento alguno, simplemente obedecerá a sus impulsos y a sus deseos más nimios.
Antes de llegar a casa encontrará alguna excusa para seguir la fiesta, y por qué no seguir? De todos modos, un día más o menos; siempre tendrá su gran fiesta. No vive para otra cosa."
-El Bardo del Fin.

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