Trastorno
Mi alma grita desde sus oscuras entrañas
Adolorida por las puñaladas
Que provocan las dagas fantasmas, fueron memorias y
Van llegando desde todas direcciones.
Clavándose como agujas en los nervios enredados.
Siento voces causando eco en mi mente,
Se convierten en la ansiedad de una vida que he cargado
Con tristezas y alegrías intermitentes.
Convirtiéndome en mortal,
Un mortal indefenso
Como el más tierno animal,
Me siento a la deriva en esta pequeña isla.
Flotando entre este mar infestado de peligros,
Esta isla, que algunos llaman vida.
Sin preocupación a la muerte
me hago pequeño en la ignorancia de los seres.
El golpe matutino que te hace caer en la realidad,
La pérdida constante y la negación interminable.
El fantasma de la muerte de un conocido,
De un viejo amigo...
¿Debería acaso morir el creador?
¿O es que se paga así,
Llevar varias vidas jugando a ser Dios?