¡Noticia de última hora!

«Autores muertos gritan a través de libros empolvados y olvidados en las estanterías de bibliotecas poco frecuentadas, y desde las cajas ocultas dentro de alcobas, armarios y diversos escondrijos donde habitan todo tipo de musarañas»


Ante la premisa, hay quienes se preguntan en redes sociales ¿qué habrá sido de los versos y las historias de estos escritores? ¿Será que alguien realmente los escucha?

Entre las respuestas más destacadas se encuentran las siguientes:

—Seguramente alguien los recordará de camino al trabajo —comenta robert776.


—A lo mejor una anciana, en su lecho de muerte, sonríe al acordarse del personaje que se salió con la suya y tuvo un final feliz, pese a las peripecias de la trama —escribe taniamelindez21.


—Tal vez algún sujeto, en este momento, está frente a la barra del bar y pide otra cerveza para desenredar el nudo en la garganta que se le formó tras leer distraídamente un verso de Sabines, citado en una declaración de amor que halló mientras removía papeles viejos —comenta elabuelolloron007.


—Hay sordos que oyen el más mínimo ruido, ciegos que ensartan sin problema el hilo en la aguja y mudos que hablan hasta por los codos; todos discapacitados del alma —dice elpoetadelaesquina132.


—La literatura, en el sentido más literal de la palabra, es universal; adjetivo que sin duda le queda grande y hace pensar que, tal vez, cuando por fin se manifieste otro tipo de vida fuera del planeta, esta aterrice con tragedias griegas bajo los tentáculos, o lo que sea que tengan por miembros y extremidades (¡otro tanto para Sófocles!) —comenta socrarcastico45.


Comentarios y respuestas de esta índole han inundado las plataformas de todo el mundo, la mayoría arguyen que la premisa es totalmente falsa. Se están tomando medidas para desprestigiar a la prensa que publicó el artículo en cual se habla sobre una joven que aseguró oír los gritos de Cervantes y Shelley cuando asistió a la biblioteca pública de la región. Debido a ello, corre el rumor de que el lector asiduo delira en sitios como estos, y que este tipo de lectores sufren como los compradores compulsivos en cada viernes negro.

Según metaforasinuss332, usuario de mayor peso en la red social que más se ha ocupado del tema, ocurre lo siguiente:

—En el caso de los compradores compulsivos, estos atienden el llamado de objetos que, en medio de una danza seductora, se contonean y muestran sus bajos precios, obligándolos a vaciar cuentas bancarias. Mientras que los lectores asiduos, cuando están rodeados de estanterías repletas de libros, notan que los títulos y nombres de autores se complementan de forma extraña y entonces una voz resuena en sus cabezas. El grito es casi inaudible y ronco. No obstante, cuando agudizan la intuición y escogen (¿deliberadamente?) aquel tomo viejo y olvidado, la voz agradece y una pequeña alegría los invade.


De momento no hay cómo comprobar la veracidad de los hechos. Manténgase al tanto hasta la próxima publicación. Y si de casualidad es un lector asiduo, le recomendamos alejarse de las bibliotecas, librerías y las cajas viejas que guarda su madre en el armario, no vaya a ser que un autor ruso le grite de repente y usted sufra un síncope.

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La imagen utilizada pertenece a Eli Francis, fotógrafo de Unsplash.com.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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