Comprensión en la ducha ¿contigo o sin ti?

Entro a la ducha en silencio, sólo escucho el agua caer mientras mis pies descalzos se van mojando, el agua esta fría y mi cuerpo también, no quiero que me toque, pero aún así me abalanzo hacia ella.

Ya me aclimate, cierro mis ojos, pienso en mi rutina, la monotonía; sigo sin escuchar más que el agua que choca contra mi cabeza.

Mientras todos los problemas pasan por mi mente y se van desvaneciendo con el agua, me lamento por no poder hacer nada, me siento vulnerable, impotente; de pronto siento tu presencia tras de mi, antes de poder abrir los ojos y voltear a verte, siento tus manos que me abrazan el abdomen bajo, tu pecho se intenta fundir con mi espalda mientras el agua que cae intenta separarnos.

Abro los ojos, aún con la cabeza baja, veo tu manos morenas, finas, estilizadas, pero al natural, uñas cortas y sin pintura; siento sus palmas suaves mientras las veo subir, cierro mis ojos, tus manos siguen subiendo.

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pixabay.com (banco de imágenes)

Siento tu cabeza muy cerca de mi cuello, hasta que te acomodas allí, siento tu pelo cayendo por un lado de mi cuello mientras destila el agua que aún cae de la ducha.

Ya tus manos están en mi pecho y me aprietan fuerte contra tu cuerpo, tu respiración es lenta justo detrás de mí oreja, siento que tu piel se eriza, al unísono con la mía.

Mis ojos siguen cerrados, tus manos me sueltan un poco, siento que te separas de mi, mi pulso se acelera, no quiero que me sueltes.

¿Darás la vuelta para estar de frente?

Me éxito, abro los ojos, quiero ver tu desnudez...

Ya no estas, escucho el agua caer, cierro la ducha, muchas dudas me embargan, la ducha aún gotea y ahí, con cada gota, comprendo...

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