En aquel momento su obra correspondía a una búsqueda geométricos. Privaba un predominio de los valores constructivos, mientras prescindió de toda referencia subjetiva.
Valera fue dejando atrás sus construcciones abstractas para desembocar en una nueva etapa de su escultura que podríamos definir como " humanizante" . Hay en ella una imponente grandeza, un sentido monumental de la forma y la composición, no exentas de un ligero tono clasicista.
En 1964 realizó unas de sus más afortunadas piezas: El atleta. Sin duda su trabajo de tónica más clásica y de una serena grandiosidad que nos hace evocar los mármoles de Elgin o un gladiador de Henry Moore. E n sus más recientes trabajos hay una preocupación de índole óptica, más que táctil, desarrolla una superficie que al repetir un módulo quiebra la forma por la acción de la reflexión de la luz
Victor Valera uno de los artistas que más ha colaborado con la arquitectura venezolana, su puesto en primera fila dentro de nuestra plástica es merecido y justo, muere en 1984.