Te miro y me miro, es el reflejo de la felicidad en una mujer que contempla la maravilla de la vida. Son los días y las noches tan hermosos e inesperados, con radiantes colores que visten mi ser de abundante amor y felicidad para dar.
Ser bendecido es estar en presencia de lo que vivo todos los días, de lo que me sorprende con cada paso dado, porque siempre debemos estar firmes y saber a dónde ir.
Aquí estoy, relajada siendo afortunada de lo que tengo y lo que estoy a punto de recibir.
Cada día es diferente y esto no es una excepción, tan perfecto como la magia.
Estoy rodeado de pura belleza, Venezuela me da lo que necesito.
Te amo vida, como amo mi tierra.