una columna de zamuros desciende
como alas de tormento
se acercan al cadáver
lentamente
irrevocablemente
pronto llegarán
a desgarrar sus entrañas
y llenar sus picos de sangre
ahí está el cadáver
se encuentra en una posición
que luce imposible
como todos los cadáveres
pero este pertenece a un cuerpo vivo
se observa el pecho subiendo y bajando
representando una frenética respiración
los zamuros se acercan cada vez más
buscan devorar esa alma putrefacta
que tanto les atrae
ellos saben que no todos los cadáveres
están muertos
no es necesario que se detenga el corazón
solo los sueños
los zamuros se alimentan de cuerpos
que albergan almas sin esperanza
el más atrevido de ellos
aterriza en el pecho sibilante
se queda quieto un segundo
y sumerge su pico en la jugosa yugular