Micro cuento "LA TARDE FRÍA"

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Caminábamos juntos, era una tarde fría de julio, la hermosa puesta de sol que compartimos, el claro oscuro de las nubes, donde se mezcla el día y la noche; su mano entrelazada con la mía, la calidez de su presencia, jamás había amado a otra vida de la manera que la amaba.

Hablamos de tantas cosas, algunas importantes y otras no tanto; noté algo diferente en su mirada que se tornaba vaga de momento, como sí algo le preocupara; mientras conversábamos; el viento soplo y la fría brisa, helo mi cuerpo, cruzo de manera súbita un extraño pensamiento, le comente:

-¡Siento que ya he vivido este momento!

Escuche el ladrido de perros a lo lejos, se agolparon en mi mente recuerdos turbios de cosas que jamás he vivido; con un profundo temor de perderla, tome rápidamente sus manos, la mire fijamente a los ojos y dijo con voz entrecortada:

-¡Estoy embarazada!

Sentí que el tiempo y el mundo se detuvo en ese instante; todo torno en un extraño silencio, no sentía alegría, estaba desconcertado, no tuve la certeza de saber sí en ese breve instante reaccione bien o mal ante la noticia de ser padre; la mire fijamente y ella bajo su mirada y dijo, con voz entre cortada:

-¡Debo irme y no nos veremos más!

Mi corazón comenzó a latir y mis manos sudaban, era el fin de nuestra relación, ¡podía estar sucediendo lo que tanto temía!; pero ¿Por qué?; mi mente divagaba, soplo repentinamente la brisa de la fría tarde, helando nuevamente mis huesos, la mire fijamente y allí comenzó la horrible transfiguración, todo en mí se paralizo; su cara comenzó a alargarse, sus ojos se agrandaron y su boca se reducía; sin bellos en el rostro de ningún tipo y una espantosa tez gris pálida.

Mi cruel realidad, estar en una camilla, sedado sin poder moverme, en medio de una sala quirúrgica, helada, muy fría; atado, siendo estudiado por seres desconocidos; sentía ira y temor por lo agónico de estar postrado sin poder defender mi integridad.

La vi (era ella), tomando muestras de mí, cada extracción era un dolor profundo, de agujas hipodérmicas desgarrando mi piel, aunado a una gran tristeza; ella fue totalmente indiferente conmigo, la mujer que ame nunca había existido; ¡Todo paso muy rápido!

Desperté en mi cama, mi corazón palpitaba sin control, se había ido, nadie la recordaba o sabia de su existencia, fue como si nunca hubiera existido. Conforme transcurrió el día, encontré bajo el televisor, una nota con su letra; con un nudo en la garganta y temor de ver lo que decía; leí:

.-Perdóname, aquí llevo tu semilla como prueba de mi amor.
.-A tu planeta no le queda mucho tiempo…

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