Conocer lo que ocurrirá en el futuro es tarea divina, a los hombres les queda en el mejor de los casos pronosticar con mayor o menor certeza según sea el caso, y en el peor de los casos adivinar. La diferencia en la precisión entre uno y otro es la información disponible y la cantidad de variables en juego. Si sabemos que un auto va a exceso de velocidad, en una carretera mojada y con el conductor en estado de ebriedad es bastante fácil pronosticar que ocurrirá un accidente. Las situaciones sociales son mucho más complejas y por lo tanto más difíciles de pronosticar.