La pluma y el tintero

Había una vez en el escritorio de un famoso escritor, un tintero y una pluma que cobraban vida por las noches y se creían muy importantes.


Fuente

El tintero decía:

  • Es increíble la de cosas hermosas que salen de mí. Con una sola gota de mi tinta se llena toda una página ¡y cuantas cosas magnificas y conmovedoras se pueden leer en ellas!
    Pero su arrogancia provocó el resentimiento de la pluma:
  • ¿No comprendes, tonto barrigón, que tú solo eres el que pone la materia prima? Soy yo la que con tu tinta escribo lo que hay en mí. ¡la que realmente escribe es la pluma!
    Volvió el escritor, que había ido a un concierto, y con la música se había inspirado. Y escribió en una hoja:
  • ¡Qué necios serian el arco y el violín si pensaran que son ellos los que tocan! Igual de necios somos los hombres cuando presumimos de lo que hacemos, olvidando que todos somos simples instrumentos de Dios.
    Pero el tintero y la pluma, utilizados para escribir aquellas palabras, no aprendieron la lección.
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