Las relaciones de pareja nos envuelven en masas de nube espesa de felicidad, el bienestar del otro es el mayor objetivo todos anhelan encontrar el amor, ser parte de ese grupo de personas que diariamente dan muestra de su afecto; citas, viajes, fiestas y entre otras actividades nos seducen para lanzarnos a esa épica aventura, para disfrutar de ser amado por alguien más, unos lo persiguen a como dé lugar para llenar el vacío que siempre ha estado ahí. Del amor nadie puede escapar.
Aunque otros lo persiguen él también presenta algunos puntos en contra entre estos los problemas, que son parte de la gama de ingredientes en las relaciones de pareja, todo no es color de rosa, entre besos y abrazos hay molestias y desatinos, que sazonan la relación para equilibrarla. Dependiendo de la capacidad de soportar con la que se cuenta, se puede sobrellevar la vida en pareja, las diferencias son el complemento de cada ser; siendo estas disyuntivas parte del aporte para el crecimiento y evolución de cada individuo dentro de la relación.
Pero cuando cada ingrediente molesto en la relación es consecuente y repetitivo, esta baja al nivel de ser conflictiva; los problemas parecen ser permanentes y no hay día en que no haya una discusión, el lenguaje en es inentendible, desaparecen los acuerdos y no hay manera de coincidir en las ideas que al principio eran motivo de unión, el individualismo sale a flote separando los pensamientos de cada quien. Las treguas se disminuyen y la relación empieza a desgastar el alma, eso no quiere decir que no haya amor, si hay amor lo que está excluido es el deseo de dar el brazo a torcer porque cada quien defiende su posición y se adjudica a sí mismo la razón para eliminar cualquier partícula que demuestre debilidad y sumisión dentro de la relación.
Las relaciones conflictivas son una muerte buscada para la alegría, que lentamente enferma el sistema motor que se encarga de llevar amor a cada parte del cuerpo, minimizando los niveles de felicidad de los amantes, causando impotencia e inseguridad, esta situación sustituye la paz por incertidumbre propagando desconfianza, aumentando así la tristeza que se roba las ilusiones que ambos tenían.
La costumbre es un arma mortal que impide la liberación de los individuos que desean vivir a plenitud, esta los enlaza con cadenas de conformismo que obstaculizan el deseo firme de dar el paso hacia algo mejor, es más fácil quedarse de espectador sin adrenalina, que arriesgar tal vez por un mejor botín que su vez requiere de mayor esfuerzo. Al decidir continuar con este tipo de relación con el tiempo todas estas cosas pareces normales, convirtiéndose en un ciclo vicioso las peleas y la reconciliación.
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