Dar para Recibir ¿la fórmula para la superación constante?

Una tarde de julio a principio de los años 90 nació una araña.

Esa fue la primera impresión que tuvo mi querida abuela de mí, al ver tan minúscula y delgada cosa como recompensa de sus 9 meses de espera, luego fui solamente "El Negro" por ser el más moreno de nuestra casa.

Mi infancia fue de encierro y fantasías. Salía sólo para estudiar y a visitar familiares, nada de jugar afuera, mi universo estaba confeccionado por los ideales de mi madre, documentales educativos y caricaturas, mis amigos eran de aluminio, plastilina y papel; el encierro se hizo parte de mí.

Comenzar la primaria fue el comienzo de mis pesadillas, quería volver al encierro pero ya no había nada qué hacer, mi capacidad social era casi nula, mi debilidad evidente, era un apendejado dicho por compañeros y hasta mi propia familia en numerosas ocasiones, llegar y refugiarme en el televisor era mi único alivio.

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"Errante me encontré por la selva oscura..."

Mi adolescencia temprana estuvo plagada de demonios personales, bullying y un encierro mental autoimpuesto. Apenas 12 años y compré mi primer libro no-académico: autoayuda, el nombre "Tus zonas erróneas: Guía para combatir la infelicidad" hizo clic en mi cabeza, lo leí hasta que sentí algo de paz, de ese libro vino mi primera gota de autoestima.

Posteriormente fue la rabia, odie a mi familia, a mis amigos, y todos los demás eran simplemente el enemigo, a mis 16 años, un día de frustraciones decidí dirigir ese odio solamente a esos enemigos, fue mi primer intento de defenderme, me volví un poco más "pilas", una mezcla entre alerta y malicioso.

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¿Lo logré realmente?

Comenzar la universidad, ¡AH! dulce libertad luego de 11 años de irrecuperable infierno y 1 de descanso, mientras mis padres se preocupaban del "¿qué irá a estudiar el muchacho?" yo me preguntaba ¿y ahora, quién voy a ser? ser yo mismo estaba fuera de discusión, debía cambiar.

Tomé todo lo que ya me había hecho, mis modelos a seguir, libros de autoayuda que había leído durante años, e hice a esta persona bravucona, confiada, insensible, ruidosa, casi pícara y profundamente satisfactoria de ser; exteriormente, había alcanzado mi meta.

Ahora con un trabajo y responsabilidades, el espejo en que me veía a los 16 años refleja inconsistencias internas, aún débil, aún lleno de rabias, decepciones, ansiedad, pero con una enorme diferencia: años de introspección y estudio del crecimiento personal, autoayuda, emprendimiento, y podría decirse que accidentales.

Nunca me gustaron esos conceptos. "Autoayuda" pensaba que sólo era para gente anciana y arrepentida, "Superación Personal" lo asociaba con cursos ladrones, "Emprendimiento" sólo una palabra inconcreta de la gente que hace negocios sin nombre o vende Herbalife.

Escultor

Hoy me encantan. Sin darme cuenta me convertí en un conocedor del tema, no el más versado, pero definitivamente uno que aplica lo que predica, y que sabe de lo que habla, podría hasta llamarlo una pasión, y si así lo es, probablemente sea la primera que tenga.

Cuando me di cuenta que caminaba encorvado, enderecé mi postura; cuando me di cuenta que dormir bien me hacía sentir bien, me hice una rutina y comencé a dormir mejor; cuando la vida me destruye, me rehago; identifico mis fallas, las reconozco y trabajo en ellas sólo o con la ayuda de otros.

Usando la historia de mi vida para darme impulso, pretendo demostrar cómo decidí ser el escultor de mi propio ser, que el cambio es posible, que comienza de adentro hacia afuera, que no es de la noche a la mañana y que poco a poco se irá perfeccionando con dos herramientas que para mí son básicas: disciplina e introspección.

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Con éste artículo doy inicio a una serie de escritos donde explico mi entendimiento de los conceptos más populares de la superación personal, emprendimiento, autoayuda, etc., desde el punto de vista de alguien que ha visto la parte truculenta de llevar éstos conceptos tan perfectos a la práctica, porque por algo existe el dicho "más fácil decirlo que hacerlo".

Además, quiero contrastar estos conceptos con la realidad psicológica y fisiológica del ser humano, para que podamos entender a profundidad los cómo y los porqués que rodean esas palabras tan abstractas como "resiliencia", "paradigma", "autovalidación" entre otras.

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Dad y Recibiréis

Esta es una frase bíblica (en realidad es Dad, y se os dará según Google), aplicable en demasiados ámbitos de la vida del hombre moderno, de la bacteria y del pensamiento, dar es recibir en todos los casos si logras ver el cuadro completo, lo que significa que la repercusión de tus acciones no siempre estará a simple vista.

Hoy quiero complementar esa lista de conceptos que ahora me encantan con el "Dad y Recibiréis"; cuando recibes algo a cambio de lo que das, mi teoría es que recibes como mínimo el 100% de lo que entregaste y como máximo una cifra mayor puesto que si yo doy una idea, si logro motivar a alguien, por el efecto dominó mi retribución se verá multiplicada.

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Hola comunidad, mi nombre es irrelevante por ahora, les compartiré lo importante de mí en un segundo post #introduceyourself que crearé, por ahora solo quiero que sepan que este es mi primer post y acepto todas las críticas y consejos sin problema alguno, vine aquí para ayudar, así que hasta una próxima oportunidad!

Imágenes cortesía allthefreestock.com

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