Los abortados (poema)

Estos niños saltan
en mi cama
como pájaros heridos
que se estrellan
en mi pecho.

Grises, de grandes cabezas,
sin rostros,
su risa hace eco
en la habitación.

Buscan con quién
jugar porque
se han perdido
a mitad de camino.

En esta cama dormía
su madre, que hoy
ya no está,
pobres almas
que no saben adónde
van.

Hace un rato me desperté desesperado debido a que en mi cama pude sentir (y ver) a unos niños saltando, la cama se movía y yo no podía hacer más que mirar inmóvil, sin decir media palabra, ellos jugaban y me abrazaban. Fue algo enternecedor y espeluznante a la vez. De esa experiencia nació este poema.

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