Muchas personas dicen que recordar es vivir, pero que difícil es recordar y sentir nostalgia por lo que teníamos y poco valoramos, nunca pensé vivir esto que muchas personas al igual que yo estamos pasando, somos muchos, miles, millones que vivimos un futuro incierto, el miedo se apodera de nuestros amaneceres y la incertidumbre nos da las buenas noches.
Recuerdo mi infancia donde comer era un fastidio, donde en las noches mi padre nos llevaba sin pensarlo mucho a dar vueltas en el carro nuevo y nos comíamos un heladito, donde el tamaño del helado dependía si tenías tos o no. Las vacaciones llegaban dos veces al año (agosto y enero) y con ellas dos semanas fuera de casa, en el verano una semana junto al mar y en enero conociendo los andes de mi hermoso país. Experiencias únicas, la discusión se limitaba a que nos provocaba comer.
La adolescencia permitía que la moda llegara a mi closet y con ellos los zapatos y los jeans que eran tendencia, las salidas a las piscinas y las visitas de los amigos en casa no eran problema, siempre se podía poner más agua en la sopa.
Se termina la adolescencia y viene la universidad, estudia lo que te guste decía mi padre, (con algunas profesiones generaras más ingresos que otras) ya que al final siempre podrás tener una vida digna si eres profesional.
En medio de todo esto me pregunto ¿Quién me cambio la vida? , ¿Cómo llegue a preocuparme por comer?, ¿Por qué siento que no tengo una vida digna si hice todo lo que me dijo mi padre?
Cuanto anhelo ser quien era, cuanto anhelo mis experiencias y mis rutinas, cuanto quisiera brindarles a mis hijos lo que yo tuve, es muy triste concluir ERAMOS FELICES Y NO LO SABIAMOS…
´´ Relato de una VENEZOLANA TRISTE, después de leer en las noticias que hoy 15 marzo de 2018 somos el PAIS MAS TRISTE DE LATINOAMERICA´´