No recuerdo la primera vez que lo vi, pero recuerdo la conversación que tuve con mi amiga Isabel cuando una tarde me pregunto si me gustaba, pensé que era muy lindo y luego de considerarlo rápidamente en mi mente le conteste a Isabel un firme no, parece un muñequito de torta, muy bello y a mí no me gustan los hombres tan bonitos, concluí. En el fondo solo pensaba, no creo se fije en mí. De eso ya casi serán 6 años.
Pasaron un poco más de dos años de ese momento y se volvieron a cruzar nuestros caminos. Esta vez empezó como la anterior, a través de una relación laboral, solo que ahora con el tiempo y la cercanía surgió la oportunidad de conocernos mejor y una amistad.
JC me ha sorprendido, creo la base de todo ha sido esta amistad cruda y real, nos convertimos para el otro en esa persona a la que acudes en las buenas y las no tantas, en quien confías plenamente porque se lo ha ganado, que tiene tus claves de teléfono, redes sociales, bancarias y le firmas un cheque en blanco. No sé para los demás, pero para ambos, es la definición exacta de correr directo a un barranco y lanzarnos tomados de la mano.
Tres años juntos y contando. Tres años llenos de amor, paz, tranquilidad y felicidad. Donde el tiempo se detiene al estar juntos, donde hemos superado barreras, inseguridades y seguimos aprendiendo cada día del otro. He conocido la dicha de la mirada de amor, de un amor sincero, un amor que cada parte de ti te dice es el correcto, pero por retraso en el reloj del destino, llego muy tarde a la misma estación. Tal vez en una próxima vida.
No hacer daño, desde un principio nos dijimos que no nos haríamos daño intencional ni a terceros, una promesa que el tiempo me enseño es imposible de cumplir, no porque quiera lastimar, solo resulto inevitable.
Estar juntos es mi estado de paz, pero ese estado de paz habita dentro de una burbuja de cristal. Tanto así de bella, como de frágil.
No somos ciegos, somos adultos y supimos desde un principio que moralmente no era correcto. Pero ninguna relación de esta naturaleza inicia queriendo convertirse en amor. Tres años después, con kilos de fe pedimos ayuda en la respuesta.
Es difícil, creo la definición exactamente correcta es que es extremadamente difícil. Nunca imagine me pondría en esta situación, pero lo estoy, no por falta de autoestima, no porque no quiera más o porque crea que no merezco más …
Lo estoy porque a pesar de todos mis pasos calculados para no enamorarme, lo hice, me enamore de un hombre casado.
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