Escuchas historias.
Las ves pasar delante de tus ojos.
Están en todas partes, caminando por las calles, en la tv, en cada página doblada de los libros…
Te convences de que jamás podría sucederte a ti.
No soy algo más que una casa abandonada con huecos en el techo, no puedo refugiar a nadie, estoy a punto de caerme a pedazos.
Pero un día comienza…
Una llovizna suave, lentamente se va convirtiendo en una gran tormenta.
Esto es amor.
Y tratas de sacudirlo.
''no es para tanto'' piensas, ''¿Cómo alguien pudiera sentir algo así por mi?''
Hasta que finalmente dejas que tus fantasmas se desvanezcan, no quieres seguir resistiéndote a lo inevitable.
Llega el momento donde alguien llega, abre las ventanas, repara las goteras, barre el polvo, pone música alegre…
Llegó el momento donde me convertí en una de esas tantas historias, en cada página doblada de los libros, porque tú me has hecho inmortal al escribirme en ellas.
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