La crisálida y la flor. Cuento original de @breili.


Foto de mi autoría.

Equipo Huawei Y625.

Era un duro invierno al cual la oruga sabía que no iba a sobrevivir, el frío le impedía moverse, ya no recordaba cómo se sentía el calor del sol sobre su piel. Una muerte tranquila era lo único que deseaba, subió a la vieja rama donde solía asolearse todas las tardes, cerró los ojos y se entregó al sueño perpetuo.

La primavera llenó de vida y color a todo el jardín, incluso en la vieja rama de la oruga había crecido una flor del color del sol, era realmente hermosa, pero estaba muy sola porque sobre su rama colgaba un extraño y feo objeto que ahuyentaba a las abejas. La soledad era una amarga compañera, ni siquiera los colibríes se posaban sobre ella, esa sería la más triste de todas las primaveras.

Una mañana el rocío despertó a la flor muy temprano para ver la salida del sol, su rama se comenzó a mover suavemente y aquel objeto parecido a una roca se abrió dejando ver una criatura hermosa de alas grandes con todos los colores de la primavera.

La flor estaba sorprendida y sin esperar más preguntó. – ¿Estás bien? ¿Qué hacías ahí dentro?

La oruga extendió sus nuevas alas, miró a la flor dijo. – Creí que había muerto pero ahora que te veo me siento más vivo que nunca. Eres más hermosa que el sol, moriría mil muertes solo por volverte a ver.

− Estuve sola por mucho tiempo sin saber que estabas a mi lado. Contestó la flor.

Ese día la mariposa y la flor se enamoraron, quisieron estar juntos por el resto de sus vidas. Todos los días disfrutaban juntos del sol en aquella rama, sabían que la primavera no duraría para siempre, que todo terminaría en otoño, por eso vivían cada día como si fuera el último.

Esta fue mi participación en el concurso “CapturArte Primavera” ideado por el proyecto @mosqueteros, los invito a participar.

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