Guaidó y el 187

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A propósito de la entrevista de Fernando del Rincón a Carlos Vecchio, me permito hacer algunos apuntes.

En parte, me parece muy acertada la pregunta de Fernando del Rincón, quien no comprende porqué la oposición sigue empeñada en un "combate democrático" cuando se enfrenta a un cartel. De hecho, no es un cartel: son varios carteles.

La dictadura es una organización criminal conformada por muchas otras organizaciones criminales como el ELN, colectivos o Hezbolá. Incluso si Maduro deja el poder voluntariamente, una transición "pacífica" parece poco probable.

¿Entregarían sus armas y estarían dispuestos a ir presos los miembros del crimen organizado o terrorismo que hoy apoyan a la dictadura y están a lo largo y ancho de todo el país?

Yo no lo veo. Para la Revista OJO escribí sobre este tema.

Ahora, el diálogo entre Del Rincón y Vecchio cae como anillo al dedo para los que se la pasan pidiendo "pizzas", como si una intervención extranjera fuera tan fácil. Como si Guaidó estuviera por encima de ejércitos extranjeros y los pudiera mandar con una llamada.

Y no.

Una coalición militar extranjera para derrocar al chavismo, debería ser planificada previamente con aliados que estén dispuestos a meterse de lleno en eso. Entonces Guaidó podría activar el tan ansiado 187 numeral 11. Y con aliados no me refiero al Comando Sur (que no se manda solo, por cierto). Me refiero a Trump, Duque y Bolsonaro.

¿Están dispuestos estos últimos tres a organizar una coalición por la libertad de Venezuela? Y, sobre todo: ¿Pueden hacerlo?

Veamos algunos puntos claves:

Empecemos por Duque. ¿Está dispuesto Duque a iniciar una guerra contra Maduro, para que Venezuela sea liberada? Yo no estoy tan seguro. Reportes periodísticos del 23 de febrero, el día del ingreso de la ayuda humanitaria, señalan que toda la operación se retrasó más de lo esperado por una sola razón: Duque no quería ni un sólo muerto en suelo colombiano.

De hecho, bombas lacrimógenas disparadas por la GNB cayeron en Colombia y Duque nunca respondió con la fuerza. Una provocación así podía ser la excusa perfecta si Duque quería intervenir en Venezuela. Pero nunca lo hizo.

Esto es completamente entendible. Primero porque Duque no tiene porqué poner muertos por la libertad de Venezuela, y segundo porque Colombia viene de atravesar décadas de guerras sangrientas, como para iniciar otra.

No está bien políticamente, para Duque, iniciar una guerra con Venezuela teniendo en cuenta toda la tragedia que esto podría traer para su país. Podría ser el fin de su carrera como político.

Algunos me recordarán que Duque pidió a Guaidó facilitar captura de cabecillas del ELN en territorio venezolano, pero yo no vi certezas en esa solicitud. Me pareció bastante ambigua. Como si fuese parte de un juego psicológico contra el chavismo. Recordemos que Duque también dijo a principios de febrero que Maduro caería en "las próximas horas".

Sin embargo, el caso Venezuela es tan complejo, que para alguien como Duque no está bien ni involucrarse, ni ignorarlo. Porque sí: el ELN está en al menos 12 estados del país y desde allí pueden planearse atentados en suelo colombiano como el que ocurrió en la escuela de policía.

Ahora vamos con Brasil.

¿Quiere Bolsonaro una guerra con Venezuela? Probablemente. ¿Puede iniciarla? no. ¿Por qué? Pues porque en Brasil hay algo llamado separación de poderes.

Bolsonaro no puede realizar una acción de este tipo sin la aprobación del Parlamento o el Ejército. Y adivinen: ni el Parlamento ni el Ejército quieren iniciar una guerra con Venezuela.

Me permito citar a un colega colombiano que vive en Brasil con quien discutía este tema hace unas semanas: "Los hijos de Bolsonaro quieren entrar en la guerra porque lo ven como una cruzada contra la izquierda. Y como son lunáticos, nadie les come curtento (...) Tampoco el ejército quiere la guerra: como aquí las grandes ciudades pasan por crisis de seguridad pública a cada rato, el ejército sirve como una especie de policía alternativa que hace el papel de combatir la criminalidad urbana. El alto mando militar no tiene interés en meterse en un conflicto al mando de los Estados Unidos. Y, de cierta manera, tampoco tienen fondos o personal para ello".

Espero que con ello quede claro el caso Bolsonaro.

Vamos ahora con Trump. Creo que es más fácil de explicar y entender que los anteriores: Si Trump quiere entrar en Venezuela lo hará con o sin autorización de Guaidó.

Nunca me he imaginado su discurso anunciando una intervención como: "hay que hacer que Guaidó se siente en el Palacio de Miraflores". Sino más bien tipo: "Venezuela es una amenaza para Occidente porque financia el terrorismo y el narcotráfico y hay que terminar con esto ya".

Repito la idea por si no me supe explicar lo suficientemente bien: Guaidó no puede ordenar a Trump, Duque o Bolsonaro que vengan a sacar a Maduro. Él no los manda a ellos. Si pide el 187, sin previo acuerdo, terminará en Ramo Verde cuando lo dejen en visto.

Dicho esto, quiero aclarar que no me oponga a una intervención. De hecho, no la llamen así que se escucha feo: díganle coalición por la libertad.

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