El rey loco y su legado mágico

Pocos saben que el castillo Disney está inspirado en un castillo alemán llamado Neuschwanstein. La historia del hombre responsable de dicha obra, pareciera menos popular. Su nombre era Luis II de Baviera.

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Neuschwanstein [izq.] Disney [der.]

Fue coronado rey a los 18 años, tras la repentina muerte de su padre Maximiliano. Era un joven a quien le gustaba soñar despierto con Versalles y las leyendas germánicas. Esbelto, de cabello negro abundante y penetrantes ojos azules, conquistó a su pueblo desde el primer instante.

Era y sigue siendo deber real contraer nupcias y tener descendencia, así que tres años después eligió a su bella prima Sofía. De acuerdo a las crónicas de la época, eran una pareja muy guapa. Sin embargo, rompió el compromiso días antes de la ceremonia. Luis confesó a un cortesano que prefería ahogarse en un lago alpino antes que casarse. Nunca fue secreto que gustaba de la compañía de apuestos oficiales y actores.

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Luis II de Baviera

Baviera fue absorbida por el imperio germánico, lo cual le dejó menos trabajo a Luis. Este aprovechó entonces para construir lugares que rivalizaran con Versalles. Inició Neuschwanstein en 1869, Linderhof en 1870 y la inconclusa Herrenchiemsee en 1878, que a la muerte del rey, ya había costado 16 millones de francos, mucho más que los dos primeros juntos. Las arcas de su gobierno estaban quebradas y cuando su ministro de finanzas le recomendó moderación, fue rechazado tajantemente. En una carta el rey escribió a un amigo:

“¡Oh! Es esencial crear estos paraísos; tales santuarios poéticos donde se pueda olvidar la horrenda era en que vivimos.”

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Linderhof

Dormía durante el día y salía de paseo por la noche. Organizaba juegos infantiles con sus sirvientes, platicaba animadamente con una cerca o reverenciaba a un árbol. Evitaba a toda costa ver a sus ministros, a quienes se refería como chusma, vagos y canallas. Nadie podía acercarse a menos de 30 cm y amenazó con exhumar el cuerpo de su padre para abofetearlo.

Para 1886 la situación ya era crítica, así que para deponer al rey, llamaron a un prestigioso psiquiatra, de nombre Gudden; quien basándose en testimonios de terceros, redactó un informe donde declaró al rey en avanzado desorden mental, y por lo tanto incapaz de gobernar. Nunca tomó en cuenta las opiniones de la servidumbre o de los campesinos, quienes estimaban a Luis por sus gentilezas.

Al final, se llevaron al monarca al castillo Berg, donde fue encerrado bajo llave en una habitación. Al día siguiente se le prohibió ir a misa, sin embargo Gudden aceptó acompañarlo en un paseo matinal, seguidos por dos ordenanzas. El paciente estaba muy sereno, así que por la tarde salieron a caminar sin escolta. A las 20 hrs, del 13 de junio de 1886 se dio la alarma de búsqueda, pues no habían vuelto y dos horas después se encontraron sus cuerpos ahogados en el lago a solo 20 m de la orilla.

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Una cruz marca donde encontraron los cuerpos en el lago Starnberg

Luis solo contaba con 41 años. No hubo testigos de la historia, y a pesar de que el rostro del doctor presentaba un rasguño en la ceja y estaba raspado, no hubo explicación contundente a lo sucedido. Queda pues para la posteridad Neuschwanstein, que es ya para el inconsciente colectivo, el castillo de cuento de hadas por antonomasia.

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