Y el que diga que no miente, miente

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Desde pequeños es bien sabido que nos dicen que mentir es malo, vemos películas, leemos cuentos y aceptamos los patrones asignados por la sociedad donde nos indican que cualquier modificación de la realidad o voluntad de afirmar una cosa falsa es malo. Pinocho, el cuento infantil “que viene el lobo” e infinidad de cuentos, fabulas y leyendas donde la moraleja nos indica que mentir es un mal habito, inundan nuestra infancia, sin embargo, a pesar de conocer la realidad, aun así, aprendemos a hacerlo y lo convertimos en parte de nuestra vida. Si sabemos que está mal, ¿Por qué enseñamos a hacerlo? ¿por qué lo perfeccionamos y por qué lo aplicamos a cada ámbito de nuestra vida?

Nuestras inseguridades, desconfianza en nuestras áreas personales, laborales y profesionales además de nuestra incapacidad para aceptar las cosas como son, nos llevan a la tentación de maquillar la realidad a fin de causar impresiones favorables, ¿Quién no ha retocado alguna verdad en una entrevista de trabajo? O mejor aún, ¿Quién no ha maquillado la realidad al momento de conquistar una pareja? O ¿Quién no ha omitido alguna información importante?, como humanos aprendemos que mentir es un recurso sencillo de usar aunque corriendo el riesgo de ser descubiertos, recordemos que las mentiras tienen las patas cortas, sin embargo, también nos conseguimos aquella madre que nos dice que no tiene hambre debido a que no hay mas comida y le da su plato de comida a su hijo o aquel padre que brinda su abrigo a su hijo y le dice que él no tiene frio, las mentiras tienen muchas caras pero la mayoría son malas.

Como seres humanos, tenemos una sed de méritos y de búsqueda de atención para ser aceptados dentro de cualquier grupo social, sin embargo, los mentirosos gastan más energía planteando esa realidad ficticia que logrando convertir ese mundo ficticio a la realidad. Ser naturales, sencillos y humildes representan el mejor camino para ser aceptados en cualquier circulo social, es cierto, como humanos siempre queremos aparentar ser mas poderosos, ricos o inteligentes, pero a largo plazo, ¿eso tiene alguna repercusión positiva? La mentira no es algo nuevo y los mentirosos mucho menos, mentir es un engaño intencionado y consciente, mentir es exagerar, es decir una verdad a medias, mentir es omitir, aun así, mentir puede significar proteger, cuidar, alimentar, amar, entre otros aspectos importantes. La moralidad de las mentiras es cuestionable pero te puedo asegurar que “el que diga que no miente, miente”.

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