¡Empezamos la semana fuertes con una frase muy conocida y potente!.
Lo primero de todo, quiero agradecer a @francelisdaniela por la frase. Me has inspirado a crear un buen post hoy, ¡muchas gracias!. Si tú también quieres que tu frase apararezca próximamente en un post y sea comentada por mí, deja tu frase en los comentarios.
Es una de las frases más motivadoras que hay. En mi opinión, significa que algo muy duro que te haya pasado, si no te mata, te endurece, te hace más listo y por lo tanto mejor.
¿Pero es esto cierto?
La versión original la escribió el pensador contemporáneo Friedrich Wilhelm Nietzsche y dice así:
"Lo que no te mata, te hiere de gravedad, y te deja tan apaleado, que luego aceptas cualquier maltrato y te dices a tí mismo que eso te fortalece"
Como podéis ver, Nietzsche quiere decir que lo que no te mata no te hace más fuerte, sino que te hace pensar que eres más duro, eres más tolerante al dolor.
Por lo tanto, no es "lo que te mata" lo que te hace "más fuerte", es tu actitud y fuerza de voluntad lo que te fortalece.
Ahora os contaré una experiencia personal: Hace unos 2 años, una noche estaba algo triste, apagado, sin fuerzas porque mi vida era un bucle, cada día se repetía una y otra vez, pasando los mismos eventos... Levantarme tarde, comer, estar enganchado a videojuegos, series, anime e internet, cenar, otra vez viciado hasta altas horas de la madrugada y repetir eso todos los días, todas las semanas, durante al menos un año... Esa noche me acosté, harto de todo, me acomodé en la cama y cerré los ojos, tras unos segundos somnoliento, me quedé sin respiración unos segundos, no podía controlar la respiración. Me levanté sobresaltado de la cama y pensé que había sido una casualidad, ignoraba que en realidad me pasaba algo. Me tranquilicé, me volví a acostar y me dormí.
Aquello se repitió el día siguiente, y el otro, es más, empezaba antes de irme a dormir, sobretodo después de cenar. Intenté no contarle nada de lo que me pasaba a alguien, pensaba que se me quitaría, hasta que llegó un día que me estaba quedando sin respiración varias veces, bastante seguido, en la misma sala que mis padres, pero esta vez, me dió algo de mareo, incomodidad y hormigueo en las manos. No lo aguanté más, y entre lágrimas se lo conté todo a mis padres, que en principio se preocuparon e intentaron calmarme, pero la verdad es que me ponían más nervioso.
Poco después fuí al médico, no una, ni dos, sino tres veces, hasta que me dijeron que tenía ansiedad, yo ni sabía lo que era, pero la doctora me explicó que no me estaba quedando sin aire, al contrario, tenía oxígeno de sobra.
Para que os hagáis una idea, se siente parecido a cuando soplas mucho un globo, o varios y tienes como un mareo... Pero más prolongado, más angustioso y te hace sentirte pesimista.
Me mandaron unas pastillas durante una semana más o menos que tenía que tomármelas para calmarme por la noche para dormir bien y otras muy pequeñas que era en caso de que me diera un "ataque de ansiedad" que no me tomé para tratar de controlarme cada vez que me entrara aquello.
Poco a poco, podía descansar mejor, pero los días se hacían eternos, tampoco podía ponerme delante de una pantalla mucho rato seguido por lo que tenía que entretenerme con cualquier tontería mientras trataba de respirar bien.
Fuí buscando información en internet y probé muchos de los consejos que daban hasta que dí con mi "combinación correcta": Deporte, hablar con la familia contándole cómo me sentía y mente positiva y ocupada.
Después de 3 meses de sufrimiento, se fué, a veces me daba intentos de volver, pero acabó yéndose.
Después de aquello mis días cambiaron, empecé a comprender lo verdaderamente importante, como la familia, reaprendí a ser paciente y salí de aquel bucle.
¿Porqué cuento esto?, porque aquello era insoportable, estaba muy mal, pero fue mi actitud, mis ganas y positividad lo que me llevó a cambiar a mejor y ser más fuerte.