En estas granjas integrales se aprecia la integralidad y sustentabilidad, debido a que, el aprovechamiento es al máximo. Ya que, se ejecutan con previa planeación, para lograr que la distribución de cada elemento sea de forma adecuada y fluida, es decir, que en la granja integral pueda existir tanto la siembra como la cría, permitiendo que reine el principio de la integralidad y sostenibilidad.
Ahora bien, debido al avance tecnológico que se ha tenido en el mundo este tipo de granja se han dejado en el olvido, pero es necesaria retomarlas en Venezuela, debido a la situación que enfrenta el país en los últimos años; considerando que esta práctica busca en primer lugar promover una agricultura sana sin uso de fertilizantes y cualquier tipo de producto químico y en segundo lugar no utilizar costosos concentrados para la alimentación animal, ya que busca el reciclaje de todos los elementos. Además, de estar orientada a la producción agraria diversificada, para evitar depender únicamente de una siembra, sino al contrario al caer el precio de una cosecha pueda recurrirse a otro producto de la granja.
De igual forma, estas granjas buscan un equilibrio armonioso de la naturaleza, de modo tal que no existan desperdicios, sino que sean utilizados para abono, combustibles y otros. Debido a que, se aprovecha las experiencias tradicionales de los campesinos, lo cual significa un ahorro de dinero.