El miedo es una de las emociones más básicas y comunes que tenemos como seres humanos, casi tanto como lo es la felicidad, se presenta como una alteración de nuestro estado de ánimo que con el paso de los años, se va volviendo más grande y fuerte.
Comenzamos a experimentarlo y conocerlo desde que somos pequeños, todo empieza con un temor hacia un payaso, una cucaracha, pero, cuando ya somos adultos comienzan a aparecer ante los desafíos que se nos presentan continuamente en la vida.
¿Sabias qué?
La amígdala cerebral al detectar algún peligro activa al hipotálamo para que este libere la corticotropina en la glándula pituitaria. Esta glándula segrega ACTH (hormona adrenocorticotropa), esta hormona viaja por todo el torrente sanguíneo hasta llegar a la corteza cerebral, estimulándola a liberar alrededor de 30 tipos de hormonas diferentes para finalmente darnos una respuesta en contra de ese agente amenazador que nos causa miedo.
¿Acaso la fisiología de nuestro cuerpo no es increíble?
A pesar de que es una respuesta natural de nuestro cuerpo los miedos representan un problema cuando no somos nosotros los que los controlamos sino viceversa, nos dejamos llevar por las voces de nuestra mente que nos susurran cosas negativas como que "no lo vamos a lograr, que es mucho para nosotros, que las cosas buenas solo le pasan a los demás", y en ese punto nos sentimos preocupados, inseguros, infelices, lo que trae como consecuencia que nos estanquemos y no tomemos las riendas de nuestra vida.
¡Por eso hoy hablaremos de como aprovecharnos de nuestros miedos y utilizarlos a nuestro favor!
A los miedos no hay que tenerles miedo, valga la redundancia, sino hay que enfrentarlos e inclusive escucharlos, ¡sí!, los miedos nos indican algo, es como quien dice "cuando el rió suena es porque piedras trae".
¿Qué nos indican? En que lugar nos encontramos, que es lo que realmente deseamos, ya que a partir de nuestros deseos es que ellos radican, ya sea por el miedo de no poder lograrlos o por no saber que es lo que nos depara el futuro.
En ese sentido podemos decir que los miedos y nuestras metas están directamente relacionados, ya que al pensar en el sufrimiento y estrés que nos puede generar no cumplir nuestras expectativas preferimos paralizarnos, no hacer nada, seguir en nuestra zona de confort y dejar que el miedo nos domine.
Muchas veces nos sentimos confundidos, y no estamos seguros de qué queremos en realidad, a dónde queremos llegar, y su vez cómo lo queremos lograr.
Una de las formas de aclarar el panorama y nuestra mente es escribiendo nuestros miedos, de esa manera podremos
darnos cuenta que los miedos no son más que un reflejo de nuestras metas, por ello podemos utilizarlos como una proyección para poder tener la vista clara en lo que queremos llegar a ser o lograr.
Luego de identificar nuestros miedos y escribirlos, es importarte enumerarlos, para realizarlo nos basaremos en qué nos asusta más.
¿Qué me da más miedo? ¿El que dirán? ¿Las dificultades qué se me puedan presentar en el camino? ¿Tomar riesgos?
Dividiendo nuestros miedos podremos saber si es el momento adecuado para afrentarlos, o si aun falta estabilizarnos un poco más para arriesgarnos a enfrentarlos.
De igual manera, podremos visualizar qué cosas nos preocupan y en realidad no son tan importantes, o que no necesitan la atención y la preocupación que le estamos dando.
¿Si tú no crees en ti, quién lo va a hacer? El cambio comienza con nosotros mismos, con nuestro yo interior.
¡Quiérete, ámate, arriésgate, sal de tu zona de confort, y veras que eres más capaz realizar y cumplir cosas que ni te imaginabas!
No basta solo con atraer todo lo positivo, la mente juega un papel fundamental, pero para ver hay que hacer, el momento es ahora, párate de tu cama y comienza a vivir el presente mientras construyes tu futuro.
Este me parece uno de los puntos más importantes, ya que no me refiero a que te limites, en la vida no hay limites, nisiquiera el cielo lo es, pero es necesario recalcar que las cosas toman su tiempo, y que querer que todos nuestros sueños y metas se cumplan de la noche a la mañana es simplemente una fantasía.
Trabaja hoy por lo que deseas ser mañana, con esfuerzo pero sobre todo, paciencia.
Todos tenemos miedos, sería absurdo tratar de negarlo ya que nunca desaparecen, solo van cambiando y evolucionando a medida que crecemos y que tenemos nuevas aspiraciones.
¡No te dejes dominar por el miedo, el control lo tienes tú, utilízalo a tu favor!
Y cuando tengas esos días en los que nos sentimos desanimados y tristes, ve al pasado, mirar hacia atrás siempre es bueno porque podemos observar nuestra evolución, ver en lo que nos hemos convertido, observar que esas cosas que nos preocupaban y nos robaban el sueño días antes ya no están, y hoy en día esos obstáculos nos parecen mínimos ya que pudimos resolverlos.
Yo no soy psicóloga, ni mucho menos y tengo días en los que creo en mí y me quiero comer el mundo y otros en los que me encierro en mis pensamientos, pero estas cosas son algunas de las que me han hecho sentir mejor y más enfocada en esos días grises, o en cambio mucho más motivada en los días soleados.
Espero que lo apliquen y sobre todo que los haga sentir muchísimo mejor
¡EL MOMENTO ES AHORA, SAL ACTÚA Y VIVE LA VIDA!
