LA REDENTORA DE LOS POBRES

Hospital.jpg
Fuente

SHEILA, era una bella joven de 16 años, vivía en una hermosa mansión rodeada de lujos, era hija única de un matrimonio compuesto por una pareja cuya descendencia era de alta estirpe.
A pesar de los lujos en los que vivía Sheila era una chica con unos bellos sentimientos, con una humildad de corazón que sus propios padres criticaban ya que desde muy niña observaron que quería regalar sus juguetes a cuanto niño pobre veía, la niña no lloraba para que le compraran un juguete como es lo habitual en los niños, lloraba porque no la dejaban regalarlo. También poseía una gran inteligencia, al cumplir los 16 ya había ingresado a la universidad.
Sheila estudiaba medicina en una prestigiosa universidad, algo retirada de su bella mansión, por lo que se trasladaba en tren, sus padres le sugerían viajar en la limusina con el chófer pero ella les decía que disfrutaba el viaje en tren, sus amorosos padres la complacían en todo cuanto su hija quería.
Sheila tomaba el tren muy temprano en la mañana, en el recorrido veía a través de las ventanas y observaba personas durmiendo en las aceras y niños comiendo de la basura, la joven sentía una gran tristeza al verlos, a tal punto que las lagrimas rodaban por sus hermosas mejillas, se preguntaba porque existía tanta desigualdad.
Pasados 6 años Sheila se graduó con honores, era una hermosa Doctora y se especializo en pediatría. Todo le iba de maravilla hasta un día en que su padre sufrió un infarto y murió, Sheila lloro mucho, adoraba a su padre. Su padre le dejo de herencia una inmensa fortuna y una carta donde le dijo. Hija no voy a decirte que hacer con tu fortuna, solo mantén los sentimientos que tuviste desde niña.
Sheila entendió lo que su padre quiso decirle, su deseo de ayudar a las personas necesitadas no se había apartado de ella y comenzó con esa gran labor. Fue hasta el pueblo que veía a través de la ventana del tren, fundo una casa donde se les suministraba alimentos y habitación a todas aquellas personas en situación de calle, también fundo dos hospitales, uno para atención a las mujeres embarazadas y otro para los niños, la atención era gratuita, toda persona que se acercaba a sheila con alguna necesidad era atendida con un inmenso cariño y salia con la solución de su problema.
Sheila se sentía inmensamente feliz de poder ayudar a tantas personas, conoció a un joven doctor que compartía el mismo sentir de ella, se casaron y vivieron felices, Sheila recibió muchos reconocimientos pero para ella el mas importante era el del pueblo que la llamaban LA REDENTORA DE LOS POBRES.
NELSON MANDELA dijo alguna vez, QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR, si todas las personas que tienen tanta abundancia, aportara un poco a los mas necesitados tendríamos un mundo mejor.

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now