Empezar desde cero, una de las cosas que mas me han costado trabajo desde que empecé a ser adulta. Recuerdo que cuando era niña no tenía problemas con ello, es más, ni siquiera lo pensaba, sólo sucedía y ya, pero ahora me cuesta muchísimo trabajo; sobre todo porque suelo procrastinar a la hora de querer empezar. De acuerdo con mi psicólogo, él me comenta que es por el miedo a fallar… y puede que tenga razón, de un tiempo acá no me gusta la idea de tener que quedar como una persona que falla, o en su defecto “que no puede”. Eso me aterra demasiado, por eso pienso que desde ahí viene mi miedo a empezar desde cero, porque tengo miedo de fallar.
Una de las cosas que me aterraban era el hecho de tener que terminar la tesis de licenciatura, al principio por algunos problemas, me vi obligada a tener que parar todo para poner orden a mi proyecto. Esto implico tener que, precisamente, fallar. Como consecuencia en lugar de sentirme mejor, pase por momentos muy sombríos en los cuales me sentía perdida e insuficiente, no estaba nada contenta con el hecho de haber fallado o más bien de haberme fallado a mi misma, era un peso con el cual no quería cargar. Apliqué cualquier medio para que todo fuera más fácil, desde cambiar de tutor hasta platicarlo con mis cercanos para saber que opinaban. Así pase los siguientes meses, con la incomodidad y el desafío de tener que luchar contra todo lo que sobre pensaba, poco a poco me sentía fragmentada, caía en pedacitos cada parte de mi cuando sentía que no avanzaba, pero eso sólo era parte del camino, porque después de tanto esfuerzo haber empezado desde cero me estaba dejando muchas enseñanzas.
La incomodidad de creer no saber nada poco a poco se estaba esfumando, y venían a mis ideas sobre como podía hacer las cosas sin tener el miedo a que algo saliera mal. Entonces, escribí como nunca y me tomé en serio mi propio trabajo, sólo así me di cuenta realmente como podría llegar a terminarlo. Por otro lado, mi tutor también fue un apoyo esencial para la investigación, ya que escuchó y miro de cerca mi trabajo, pero a pesar de ello al final no fue lo que esperaba como tutor, sin embargo, se le agradece. A propósito de los profesores que estuvieron involucrados en dicho proceso, hubo quienes mantuvieron un porte profesional todo el tiempo, pero también hubo los que no y eso sí que ha sido una gran decepción tanto como alumna de mi casa de estudios como para la institución. No puede ser posible que en pleno 2022 casi 2023 sigan permitiendo este tipo de catedráticos que lo único que hacen es perjudicar a los alumnos y a la calidad de enseñanza que ha mantenido la licenciatura. Más adelante expondré mi caso a detalle en un articulo dedicado exclusivamente a esta anécdota.
En fin, la investigación poco a poco comenzó a tomar forma y pronto todos los puntos empezaron a conectarse, hasta llegar al punto de que al parecer mi investigación ya tenía un fin. Fue una sensación extraña, todavía pensaba que no estaba lista y que todo este trabajo no había valido la pena y qué tenía que esperar otro año, porque así lo empezaban a hacer ver. Pero después de tanto, opté por no dejarme llevar y más bien defender mi trabajo que tanto me había costado. Así que gracias a todo el apoyo que empecé a recibir le puse mucha atención y dedicación a simplemente terminar. Estaba nerviosa de que pasaría, sobre si no me aceptarían mi trabajo y que tal vez ya era el destino quedarme otro año perfeccionando mi proyecto, pero resulta que el día de ayer lo presenté y, aunque no era lo que esperaba, por fin pude liberarme de ese pendiente. Hubo buenos comentarios, otros que me ayudaron a crecer y otros que simplemente fueron una mamada, pero ¡al fin! Ya soy libre; y espero nunca tener que pasar por una situación incomoda en cuanto a ámbito académico. Así que, si estas a punto de defender tu trabajo terminal o presentar algo que te ha costado hazlo con mucho orgullo, te ha costado.