Huellas de vida plasmada en el rostro de una mujer.

Hija, amiga, esposa, madre, abuela. Son infinitos los calificativos que le podemos dar a esta fotografía, lo que no podemos ocultar son las huellas que han ido dejando los años en su piel.

Fotografía tomada con una cámara canon 600d y un objetivo 50mm 1.8 perfecto para capturar rostros y de ahí partir a lo analítico de la imagen, en este caso con una gran retorica enfatizando las arrugas en su piel la cual nos da esa sensación de madures, experiencia de historias que solo ella sabrá. Donde sus últimos años de vida serán en una casa hogar para personas mayores donde lo cotidiano es escuchar en los pasillos. Donde estoy, como me llamo, ya comí y esta gente quien es.

Recordemos que una imagen nos puede contar una historia o simplemente no nos dice nada, espero que esta imagen le transmita lo mismo que yo sentí al momento de hacerla… La vida es una sola queda de nosotros si queremos dejar historias para contar.

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