Todos los seres humanos en algunos casos caemos en una dependencia emocional, bien sea de pareja o de objetos. Somos víctimas de nuestras propias emociones. Nos hacemos dueños de las personas y nos olvidamos que cada quien es un ser individual que tiene su propio espacio o su forma de ver la vida.

Entender que tenemos un problema de carencias afectivas no es algo sencillo. Nos atamos a personas pensando que son responsables de nuestra felicidad y peor aún nos adueñamos de su vida y hasta de sus pensamientos. Para lograr la felicidad con otras personas primero debemos ser felices con nosotros mismos. La autoestima juega un rol fundamental, porque si nos sentimos mal con nosotros mismos vamos a tratar de llenar esas carencias con apegos, en especial con una pareja o las personas que están a nuestro alrededor.

En el pasado tuve muchos inconvenientes con los apegos emocionales. Por ser la hija menor y con una familia pequeña siempre estuve sola y confundí esa necesidad de estar rodeada de la gente, atándome a esa necesidad de afecto o de aprobación. No obstante, al pasar el tiempo creía que mi felicidad dependía de las demás personas sin comprender que depende de mí la felicidad y de mis pensamientos. Son mis actitudes o forma de ver la vida la que depende de encontrar un punto de equilibrio para mi propio bienestar. Gracias a Dios poco a poco trabajo en modificar eso tóxico que me consumía.

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El miedo a la soledad se hace presente y nos deja un sinsabor de preocupaciones por sentir la aprobación de otras personas. En algunos casos el que tiene dependencia emocional si su pareja no siente amor por él es capaz de rogarle con tal que no lo deje olvidándose por completo de él mismo y de su dignidad. Estas personas son egoístas y quieren que todo gire alrededor de ellos.

Una de las causas es una baja autoestima que lleva al dependiente emocional a despreciarse. Son críticos consigo mismos y por eso se sienten culpables de todo lo que les pasa. Son personas que sufren a diario y que asfixian con sus carencias a la otras personas y en muchos casos esto empeora al romper sus relaciones.

Este problema sino se detecta a tiempo puedo causar muchos problemas cuando ya se vuelve obsesivo. También puede presentarse un cuadro depresivo en los casos más graves. Puede traer problemas con las otras personas a su alrededor por invadir su espacio cuando es algo demandante. Sentimientos negativos hacia la vida, hacia su futuro, acompañados de una gran sensación de vacío y una fuerte sensación de que sin esa persona la vida no merece la pena.

Sabemos que mejorar la independencia emocional es un trabajo constante de lucha con nuestras propias emociones que debemos modificar a diario. El autoestima se debe reforzar considerando más elogios por parte de nosotros. Tenemos que revisar desde el interior de nuestro ser y buscar lo que nos esta quitando la alegría y nos hace dependientes de las circunstancias y de las personas.También podemos buscar ayuda de un especialista como un psicólogo o terapeuta de la materia.Existe un libro que me ha ayudado mucho a superar algunos obstáculos o cosas y lo recomiendo bastante para aclarar algunas dudas de la dependencia emocional. El libro trata de los límites del amor y de que somos un ser individual y por lo tanto merecemos respeto.

Observando la vida desde un enfoque más objetivo me doy cuenta que con esmero y dedicación podemos superar cualquier problema enfrentando nuestros temores y con ayuda del amor en nuestras vidas todo se puede. Entender que el amor propio es la base en como vemos la vida, porque sino hay amor por nosotros mismos no podemos amar a otras personas y debemos empecer sin lugar a dudas por aceptar nuestras cualidades y defectos para luego entregar lo mejor de nosotros. Entender que cada persona tiene sus propia vida y que podemos tener un amor sin hacer sentir mal a la persona o asfixiarla. El punto de equilibrio nos garantizará nuestra felicidad y sentirnos libres de nuestros pensamientos y temores. Es tiempo de ser feliz y de cambiar.